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Repercusiones económicas de la crisis del Golfo

El desplome en la Bolsa de Madrid se ha cobrado unas pérdidas de 2,7 billones de pesetas en sólo tres semanas

La capitalización de la Bolsa de Madrid ha descendido 2,7 billones de pesetas desde que Irak invadió Kuwait en la madrugada del día 3 de agosto, lo que supone que las acciones se han desvalorizado, por término medio, casi un 20% en tan sólo tres semanas. Tras estas fuertes pérdidas se esconde el anuncio de problemas importantes para algunos proyectos financieros de envergadura, pues varios grupos se han visto desbordados por los acontecimientos y las caídas de precios.

El valor de todas las acciones que cotizan en la Bolsa de Madrid era el día 2 de agosto, a precio de mercado, de casi 14 billones de pesetas, y sólo tres semanas después se ha situado en torno a los 11,1 billones ante las constantes caídas de las cotizaciones.La amenaza de una guerra abierta en la zona de golfo Pérsico y de una inminente recesión económica fue provocando reacciones en cadena entre las bolsas de todo el mundo y Madrid no ha sido una excepción.

Los castigos más notables, aquellos que superan la media del mercado, se han centrado en cuatro sectores: seguros, siderurgia, construcción y químico, en los que las pérdidas superan fácilmente el 20%.

Entre, las explicaciones que ofrecen los analistas y operadores del mercado para este desigual comportamiento de los inversores está la altura artificial que algunas cotizaciones tenían con anterioridad a la crisis y algunos malos resultados empresariales.

La actual ley de sociedades anónimas fija el nivel de autocartera de las sociedades en unos límites que impiden cualquier intervención como la que ahora se habría necesitado, lo que ha hecho que muchos valores tradicionalmente protegidos hayan pasado en estos dramáticos días a quedar totalmente abandonados ante el asombro y el temor de los inversores particulares.

En los primeros días de la crisis la mayoría de las miradas se dirigieron hacia los valores que el grupo KIO controla en España, por pensar que se verían directamente afectados por la situación, como así ha sucedido.

El Grupo Torras, cabecera de las inversiones de KIO en España se ha librado de la desvalorización al retirarse del mercado según estaba previsto desde hacía tiempo- justo en estas fechas, pero otros valores representativos han sido objeto de un castigo muy duro por parte de los inversores.Ercros, empresa resultante de la fusión de Explosivos Río Tinto y de Cros, ha perdido en estas 15 sesiones el 42,14% de su valor en bolsa, sin que su situación económica justifique en modo alguno esa pérdida. Ebro, e Industrias Agrícolas, dos azucareras en proceso de fusión, han perdido el 18,6%. y el 15,8%, respectivamente, mientras que Prima Inmobiliaria apenas se ha movido.Problemas inmediatosSin embargo, han sido dos grupos financieros españoles, Banesto y March, quienes han resultado más castigados por las ventas incontroladas de títulos. Algunos de los valores estrella de, la recién creada Corporación Industrial y Financiera de Banesto han caído en este mes más de un 40%, en parte por la situación del mercado y en parte por los resultados que estas sociedades han comenzado a publicar sobre el segundo semestre del año.

Los resultados publicados por Acerinox, Tudor o Petromed no justifican las bajas del 42,19% de la primera, del 33,21% de Tudor o del 26% de la compañía petrolera. El propio banco ha perdido un 22% de su valor y la Corporación Banesto el 13,3%, y esto cuando está aún pendiente una parte de la colocación de las acciones.

Dentro del grupo March también hay bajas espectaculares, como la de Uralita, del 37,34%, la de Energía e Industrias Aragonesas, del 33,4%, y la de la Corporación Financiera Alba de un 25,8%, si bien este grupo no tiene en marcha ninguna operación financiera concreta.

Con todo, son algunos proyectos inmediatos los que peor parados van a salir de esta crisis, ya que la función de la bolsa corno generadora de fondos para las empresas ha cesado de la noche a la mañana.

La compra por parte de Viscofán de Naturin, empresa alemana fabricante de los mismos productos para alimentación que Viscofán y que es la base de un ambicioso proyecto de expansión de la firma navarra, pero que necesita financiarse a través de la bolsa mediante una ampliación de capital y una emisión de bonos convertibles, ha chocado con el rechazo de los inversores a cualquier proyecto de medio o largo plazo, lo que ha derivado en una venta indiscriminada de derechos de suscripción a precios de saldo.

Esta actitud de los inversores -intentando recoger liquidez a cualquier precio- es la explicación única de un problema concreto, la pérdida de valor de la bolsa, y de problemas futuros, como serán la financiación de proyectos o la recuperación de la confianza de los inversores, dos asuntos muy ligados y que deben pasar antes por una subida de las cotizaciones que, por ahora, nadie parece estar dispuesto a apoyar.

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