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El dueño de un bar desarma a una mujer que intentó atracarle con una metralleta

Benjamín Uría Blanco, propietario de un bar del distrito de Ventas, logró reducir a María Jesús García Cañete, de 30 años, que el pasado martes intentó atracarte a punta de metralleta. La asaltante, que es drogadicta, iba acompañada de un individuo armado con un machete, el cual consiguió escapar a la carrera. La policía cree que el subfusil, fabricado en el año 1938, procede de los antiguos Mossos d'Esquadra de la Generalitat catalana. "Ahora veo que me arriesgué mucho, pero entonces no pensé que aquella tía me podía coser a balazos" dice Uría.

El dueño del bar Segovia, situado en el inmueble número 137 de la calle de Sambara, estaba mosqueado con aquella pareja que llevaba un buen rato pidiendo aperitivos. ."Yo pensé que estaban esperando a que no hubiera nadie para marcharse sin pagar las más de 2.000 pesetas que llevaban consumidas", recuerda el .asturiano Benjamín Uría, de 41 años.Mientras la pareja apuraba las últimas copas en la barra del local, Uría avisó discretamente a su mujer, María Trinidad Pérez Marín, y le pidió que bajara desde su casa y se apostara en la puerta del bar por si necesitaba su ayuda.De repente, el cliente sospechoso salió a la calle y esgrimió un machete de grandes dimensiones contra María Trinidad, ordenándole que entrase en el establecimiento. Ella, lejos de obedecer, se lanzó contra el desconocido y logró agarrarle el arma blanca, a la vez que comenzaba a dar gritos de socorro. "Él me decía: 'Suelta, suelta..., que te voy a cortar las manos'. Pero seguí chillando, empezaron a salir vecinos y él echó a correr calle abajo", recuerda María Trinidad Pérez.

Cuchillo jamonero

Al ver a su esposa sangrar por las manos, Benjamín Uría se sobre saltó y,apartó de un manotazo el cañón de la metralleta que la chica había sacado de una bolsa de deportes para apuntarle y anun ciarle: "Esto es un atraco. Dame el dinero de la caja". El dueño del bar reconoce ahora que "creía que el arma era,de plástico" y dé claró a EL PAíS que en el mo mento del atraco guardaba en la caja registradora alrededor de 4.000 pesetas y moneda fraccio naria.La atracadora decidió salir huyendo, perseguida por Uría, quien para entonces ya se había provisto de un largo y afilado cuchillo jamonero. Logró dar alcance a la fugitiva a la altura de la calle del Doctor Vallejo, tras asirla fuertemente por los cabellos. Juntos rodaron por el asfalto, y el valeroso camarero colocó a la chica el cuchillo en el cuello, "lo que hizo que ella no moviera ni un pelo". En ese mismo momento llegó un coche patrulla de la comisaría de Ventas, cuya dotación se hizo cargo de la detenida, del subfusil y de dos cargadores que contenían 19 cartuchos.

La frustrada asaltante, que no llevaba documentación, facilitó en principio una identidad que posteriormente resultó ser falsa La sección de Policía Científica a través de las huellas dactilares de la detenida, determinó que su verdadera identidad es María Je sús García Cañete, conocida por el alias de La Rubia. En su historial policial figuran seis antecedentes por delitos contra la propiedad y por tráfico de drogas. Había sido arrestada por última vez en el mes de enero pasado.

Vicente García Cañete, de 29 años, hermano de María Jesús, falleció el pasado 18 de mayo en el barrio de Ventas como consecuencia de una sobredosis de droga, según han informado fuentes policiales.

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Asalto en otro bar

Según las pesquisas realizadas por el Grupo de Atracos de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, María Jesús García está supuestamente implicada en otro asalto perpetrado el pasado domingo en un bar situado en el número 70 de la calle de Torrelaguna, en el barrio de la Concepción. En ese golpe, en el que también fue utilizada una metralleta, participaron dos hombres. El botín obtenido en,esa ocasión por el grupo fue de 135.000 pesetas.Los agentes encargados de las pesquisas detuvieron ayer a un individuo como sospechoso de ser el que acompañaba a La Rubia en el atraco frustrado en el bar Segovia. Sin embargo, María Trinidad Pérez Marín, la dueña del local, no le reconoció como al hombre del machete al que ella se enfrentó.

Benjamín Uría tiene abierto el bar desde hace aproximadamente 10 años. Recuerda que durante este tiempo ha sido atracado en cinco ocasiones por delincuentes con navajas, a los que él no se enfrentó. "Pero ahora llevaba ya unos cuatro años tranquilo...", dice.

Durante todo el día de ayer, el bar Segovia fue un permanente centro de peregrinación de vecinos y periodistas, que obligaban al héroe Uría a relatar su hazaña

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