Gorbachov y Yeltsin rompen su tregua

El conflicto entre la URSS y la Federación Rusa -la mayor de las repúblicas que integran la Unión Soviética- se ha agudizado al promulgar el presidente soviético, Mijail Gorbachov, un decreto por el que declara "sin valor jurídico" la resolución del Presidium del Sóviet Supremo de Rusia que anulaba los acuerdos de venta de una serie de metales y productos estratégicos. La tregua entre Gorbachov y el presidente def Parlamento ruso, Borís Yeltsin, con la preparación conjunta del paso a la economía de mercado, ha sido rota.

El decreto, que ayer publicaban los diarios soviéticos, anula la resolución M Parlamento ruso del 9 de agosto, da un mes al Consejo de Ministros de la URSS para "presentar las propuestas sobre la manera de distribuir las divisas obtenidas en las operaciones de comercio exterior, asegurando el interés de las empresas, local, republicano y nacional", y asegura a los extranjeros que los contratos serán cumplidos.

La respuesta de Yeltsin no se hizo esperar. `Es un nuevo error", declaró comentando el decreto de Gorbachov. `Se trata, simplemente, de un intento del presidente de atentar contra la soberanía de la Federación Rusa. Aunque la verdad es que éste ya no es un intento, sino una acción".

Yeltsin, sin embargo, considera que hay un balance positivo en este nuevo conflicto. "Si no hubiera habido la resolución del Presídium del Sóviet Supremo de Rusia, en el decreto no hubiera figurado el segundo punto, es decir, aquello que queríamos conseguir: hacer público el problema de las divisas. A dónde y cuánto damos y a quién alimentamos. Esta información estaba cerrada absolutamente para todos, también para mí, aunque los dos tercios del oro se extraen en Rusia", dijo Yeltsin, conciliador.

Los líderes se hablan por teléfono a menudo, "pero el acercamiento no se da fácilmente", confesó Yeltsin. "Con el decreto de ayer me ha empujado de nuevo medio paso atrás, teniendo en cuenta que yo di un paso a su encuentro. Ahora debo encontrar la forma de volver a dar este medio paso".

A pesar del tono conciliador de Yeltsin y del texto moderado del decreto de Gorbachov, ambos dirigentes chocarán seguramente en las próximas semanas. Dos temas cruciales para el futuro del país los enfrentan: el paso a la economía de mercado y la elaboración de un nuevo Tratado de la Unión.

"Se observa un gran progreso tanto por parte del Gobierno central como por los republicanos en la comprensión de la necesidad de la economía de mercado y de los caminos más racionales para avanzar hacia ella", dijo Gorbachov el jueves por la noche. Sin embargo, tres días atrás el vicepresidente del Parlamento ruso, Ruslán Jasbulátov, había acusado al Gobierno de la URSS de torpedear el acuerdo logrado entre Gorbachov y Yeltsin.

"Nos preocupa el terco deseo del Gobierno soviético encabezado por el camarada Nikolál Rizhkov de ignorar los intereses de Rusia en las decisiones que toma. Con su "extrema incompetencia, [dicho Gobierno] llevó al país a un atolladero económico, financiero y social", dijo Jasbulátov, agregando que el mantenimiento del actual Gobierno conducirá a la desestabilización y perjudicará la política del presidente Gorbachov.

No sólo es el ámbito económico el escenario del enfrentamiento que se perfila entre el poder central y Rusia. El problema es que también en el nuevo Tratado de la Unión -que se está elaborando y que debe reflejar los deseos de soberanía expresados por una serie de repúblicas en las declaraciones respectivas- hay profundas diferencias de concepción, pero ya entre el mismo Gorbachov y los dirigentes rusos. Como declaró éste en Odesa el viernes pasado, está empeñado en firmar el nuevo tratado a fines de año. Rusia, en cambio, cree que hay que dar más tiempo y hacerlo en dos o tres años.