El 46% de las familias andaluzas vive en la pobreza, según un estudio de UGT
Más del 46% de las familias andaluzas tiene una renta inferior a la mitad de la renta media por habitante, lo que las sitúa, según el informe hecho público el pasado jueves por el sindicato UGT, "bajo el techo o el umbral de pobreza". Según el documento, el porcentaje de familias andaluzas en el umbral de la pobreza supera al doble del porcentaje nacional y el triple de la Comunidad Europea (CE), donde, a mitad de la década de los ochenta el porcentaje de "pobres" era aproximadamente del 14% de la población total estimada.
En España, durante el comienzo de los años ochenta, el porcentaje de familias que estaba por debajo del mínimo establecido por la CE permanecía, según los autores del informe, entre el 21% y el 23% (unas seis millones de personas). De ellas, casi cuatro millones estaba en situación de pobreza absoluta.Según UGT, en la década anterior, Andalucía se ha situado claramente por detrás del resto de las comunidades autónomas españolas con la excepción de Extremadura siendo Cádiz la provincia que ocupa las últimas posiciones entre las españolas y siempre por debajo de otras andaluzas como Málaga o Almería.
Cádiz fue también la provincia que registró la tasa de paro más alta de todas las provincias españolas en la pasada década, según los datos recogidos en el informe de la central socialista.
Reparto de la riqueza
El estudio considera asimismo que existen una serie de características que definen a este grupo de población como, por ejemplo, su mayor presencia en zonas rurales, familias numerosas, parados, ancianos sin pensiones o pensiones muy cortas e insuficientes, personas disminuidas físicas o de bajo nivel cultural.Según la central sindical, "estos datos ponen de manifiesto que la recuperación económica, lejos de reducir el elevado volumen de pobreza, parece mantenerlo, por lo que la salida a la crisis ha beneficiado básicamente a los que están por encima de la línea de la pobreza".
Además, se dice en el estudio, la desigual distribución de la riqueza ha provocado cambios en la composición del colectivo de personas con escasos ingresos económicos, detectándose una mayor presencia de los desempleados junto a un cierto rejuevenecimiento de los pobres. Ello, según UGT, es un "magnífico" ejemplo de que el crecimiento económico, si no hay una política decidida a mejorar las condiciones de los pobres, no garantiza por sí sólo la redistribución de la riqueza.
Para la central sindical socialista, el reciente acuerdo sobre pensiones no contributivas y la implantación del salario social en la comunidad autónoma andaluza, son "los primeros pasos significativos que se darán a favor del segmento más necesitado de la sociedad.
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