Sadam advierte que si hay guerra devolverá a "miles de norteamericanos en átaudes"
ÁNGELES ESPINOSA, El presidente iraquí, Sadam Husein, amenazó anoche con devolver a "miles de norteamericanos en ataúdes" a Estados Unidos si llega a producirse un conflicto bélico en el golfo Pérsico. No obstante, el líder de Bagdad, que se dirigía a sus conciudadanos a través de la radio y la televisión, manifestó que rogaba a Dios "que evitara cualquier enfrentamiento entre Irak y EE UU". Su intervención había sido anunciada horas antes por la agencia oficial iraquí, INA, como un "mensaje abierto" al jefe de Estado norteamericano, George Bush, a quien en todo momento se refirió como un "mentiroso".
Los analistas especializados en cuestiones de Oriente Próximo trataban ayer de precisar qué pesaba más en la alocución del dirigente iraquí, si la amenaza o el deseo de evitar tener que cumplirla. De todas formas, su afirmación de que "los kuwaitíes son iraquíes desde hace milenios" no permite albergar dudas sobre sus intenciones respecto ese emirato. "Estamos en nuestro territorio", aseguró Sadam en referencia a Kuwait.El hombre que desde hace 15 días mantiene al mundo en jaque, descartó también el regreso de los "emires débiles del petróleo que han desfigurado la imagen de los árabes". Esta actitud no parece la más favorable para solucionar por la vía pacífica el conflicto provocado por la invasión de Kuwait. Más bien, desmiente el ligero optimismo despertado con anterioridad al discurso por una información de Radio Bagdad, difundida por la agencia española de noticias Efe. Según ese despacho, el ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Tarek Asís, había anunciado la disposición de su Gobierno a negociar con Estados Unidos y Arabia Saudí.
Se trataba de una verdad a medias. Al parecer, Radio Bagdad sacó de contexto unas declaraciones de Asís a la cadena de televisión norteamericana ABC -el único medio occidental que ha sido autorizado a trasladarse a Bagdad-, y no mencionó la convicción del ministro de que Washington no quiere negociar. Fuentes diplomáticas iraquies consultadas por esta corresponsal, aseguraron carecer de directrices en ese sentido y remitieron al mensaje que el rey Husein de Jordani.a entregó anoche al presidente de EE UU, George Bush.
"Señor presidente de los Estados Unidos de América", manifestó Sadam dirigiéndose a Bush, "usted mintió una primera vez al asegurar a su pueblo que enviaba fuerzas a Arabla Saudí, para proteger los intereses norteamericanos, y una segunda, cuando les dijo que sus tropas tenían por misión obligar a los soldados iraquíes a retirarse de Kuwait".
[Los mandos militares iraquíes en Kuwalt ordenaron ayer a la Embajada de EE UU que los ciudadanos norteamericanos en ese emirato sean reagrupados en un hotel "por su seguridad". Una orden similar fue cursada a los diplomáticos británicos respecto a los cludadadanos de ese país, informa Efe].
Liberación de iraníes
Por otra parte, mil prisioneros de guerra iraníes van a recobrar hoy la libertad. Se trata del primer paso en la liberación de todos los soldados de esa nacionalidad detenidos en Irak tras la guerra del Golfo, de acuerdo con la oferta de paz de Sadam Husein. Otros grupos similares, seguirán a éste en los próximos días. El presidente iraquí ha fijado también para hoy el inicio de la retirada de sus tropas a las fronteras internacionales. Las autoridades iraníes se han apresurado en dar la bienvenida a estos gestos, pero han precisado* que "la paz entre Teherán y Bagdad es totalmente independiente de la ocupación iraquí de Kuwait".
Irán, que ayer preparaba los dispositivos necesarios para acoger a sus hombres en el puesto fronterizo de Káser el Chrin, no ha dado a conocer sus intenciones sobre una eventual repatriación de prisioneros iraquíes. De todas formas, en el marco de distensión con Irak que han creado las propuestas de Sadam, el portavoz del Ministerio iraní de Exteriores, Mortesa Sarmadi, ha asegurado que su país "responderá a este gesto iraquí, con una acción positiva que va a alegrar a las familias de los prisioneros de guerra iraquíes".
En principio, Bagdad había previsto la liberación de 2.000 soldados. No obstante, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), encargado de la repatriación, ha tenido que reducir el número,ante la limitación de sus medios. Mil prisioneros diarios es el máximo al que puede comprometerse. Esta organización humanitaria acostumbra a identificar a cada uno de los prisioneros y entrevistarle de forma individual, para establecer su deseo de regresar a su país de origen. Con todo ello, el CICR elabora unas listas que permiten el seguimiento de su trabajo.
En total, el CICR tiene registrados 50.203 prisioneros iraquíes en Irán y 18.902 prisioneros iraníes en Irak. Otros cálculos elevan hasta 70.000 y 30.000 esas cifras, basados en la convición de que existen cárceles a las que ese organismo no tiene acceso.
El régimen iraquí, que anteayer reconoció la delimitación de fronteras con Irán establecida por el tratado de Argel de 1975, ha pedido también la asistencia de la ONU para la retirada de sus tropas a esas líneas. El Grupo de Observadores Militares de las Naciones Unidas para Irak e Irán vigila, desde agosto de 1988, el alto el fuego en los más de mil kilómetros entre ambos países.
A pesar de la tremenda presión internacional que existe sobre Irán, o quizá tal vez por ello, los dirigentes de la República Islámica se han tomado su tiempo para responder a la sorprendente oferta de paz de su vecino. El presidente iraní, Alí Akbar Hachemí Rafsanyani, recibió el mensaje de su homólogo iraquí. El Consejo Supremo de Seguridad Nacional, la más alta instancia política del país, se reunió para estudiarlo, sin que se haya pronunciado al respecto. Rafsanyani insistió ayer en su punto de vista sobre la necesidad de que Irak se retire del invadido Kuwait.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.