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De la freiduría al reciclado

Tres jóvenes son los promotores de una empresa de reciclamiento de aceites y grasas

¿Qué suele hacer usted con los restos de aceite? Con esta pregunta, que en muchos casos suscitó el estupor en los hosteleros e industriales a quienes iba dirigida, comenzaba su andadura una nueva, pequeña y familiar empresa dedicada al reciclamiento de aceites y grasas. Sus promotores, Concha Parra, Antonio Martín y José Antonio Parra, son tres jóvenes madrileños de 32, 30 y 24 años, respectivamente, convencidos de los efectos contaminantes de las grasas que desde domicilios e industrias alimentarías se vierten a ríos y mares a través del alcantarillado público.

Concha Parra es una de las promotoras de pequeñas empresas que participó en el primer Taller de Empresarias organizado en 1989 por la Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid y destinado a mujeres con proyectos de ampliación o creación de empresas. En su caso la experiencia sirvió para adquirir los conocimientos imprescindibles para llevar adelante esta empresa de reciclamiento de aceites y grasas."Antonio había trabajado ya en la recuperación de los sebos sobrantes en la industria y a partir de ahí", comenta Concha Parra, "empezamos a pensar que las cantidades de aceites usados que se despilfarran, yendo a parar a las aguas de los ríos y del mar, son considerables. Sólo nosotros, con una infraestructura básica, recogemos todos los meses una media de 100.000 kilos de grasas procedentes de bares, restaurantes e industrias alimentarias. Ahora pagamos, por kilos y por garrafas, el aceite y las grasas que recogemos, para luego, después de un proceso de decantado y purificación, venderlos a empresas que los reutilizan en la elaboración de tinturas, piensos y jabones. Pero creemos que debe de llegar el momento en que, por criterios ecológicos, sea obligatoria la recuperación de estas grasas para evitar la contaminación de las aguas".

536 recogidas

El proceso de recogida es sencillo pero trabajoso. Una vez establecido el contacto con el empresario que quiere librarse de las grasas utilizadas se decide el tipo de depósito más idóneo para cada caso. Según el volumen de residuos grasos se instalan, gratuitamente, depósitos de 20.000, 10.000 u 8.000 kilos, o bien, en los pequeños bares y restaurantes, bidones de 50 o 200 kilos. Los bidones se recogen, cada cierto tiempo, con la ayuda de dos camiones y una furgoneta; en las empresas que disponen de un depósito el contenido se extrae por medio de una bomba y un camión cisterna.Por el momento, en la Comunidad de Madrid son 536 los establecimientos, la mayoría bares y restaurantes, en los que esta empresa realiza la recogida de grasas. El servicio se efectúa también en tres industrias de fritos y productos precocinados de Valencia, Jaén y Ciudad Real.

Una vez recogido, el aceite se calienta en unas piscinas situadas en una nave industrial para que las impurezas se depositen en el fondo. Tras este procedimiento el aceite queda algo más limpio y se vende a empresas que lo utilizan para usos industriales.

"El aceite se podría limpiar más, e incluso podríamos llegar a fabricar oleínas, pero eso supone grandes inversiones que no estamos en condiciones de realizar. Hemos recibido una subvención para jóvenes empresarios y contamos con ayudas de asistencia técnica con las que hemos encargado un estudio sobre el impacto de los residuos grasos animales y vegetales sobre las aguas. Hemos hablado sobre ello con la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid y la respuesta fue positiva, aunque todavía no se ha materializado en nada concreto".

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