Días de radio
La falta de imágenes de Kuwait convierte a las televisiones norteamericanas en emisoras de radio
El conflicto creado tras la invasión de Kuwait por tropas iraquíes, en el que se encuentra ya involucrado medio mundo, ha desatado una vez más una batalla informativa entre las cuatro grandes cadenas de televisión norteamericanas (CBS, ABC, NBC y CNN). Las características de este conflicto han dejado al descubierto que las crónicas telefónicas siguen siendo un recurso para sustituir la falta de imágenes directas.
Los medios de comunicación norteamericanos expresaron ayer sus protestas por el hecho de que el Pentágono no haya incluido un pool -grupo de periodistas-, entre sus tropas expedicionarias. El secretario de Defensa, Richard Cheney, ha declarado que Arabia Saudí no permite la entrada de periodistas extranjeros, pero el Gobierno norteamericano está tratando de conseguir permisos.Dan Rather, la estrella de cadena norteamericana CBS, se ha cansado estos días de enviar crónicas telefónicas desde Ammán (Jordania), desde donde cubre el conflicto entre Irak y Kuwait. Lo mismo les sucede a los enviados especiales de la ABC, la NBC y la CNN.
La falta, unas veces, de satélite y, sobre todo, de imágenes de tanques iraquíes en el desierto ha impedido a las grandes cadenas ofrecer una información viva como la que captaron en la plaza de Tiananmen, en Pekín, durante las revueltas estudiantiles del pasado año. El periodismo radiofánico continúa vivo, a tenor de estas crónicas.
El conflicto de Kuwait ha puesto de nuevo sobre el tapete la necesidad de estar o no estar en los sitios donde se produce la noticia. Para los responsables de la ABC, la NBC y la CNN, Ia noticia no estaba en Ammán o en El Cairo; estaba en Kuwait, donde no se puede entrar, en Washington y en Nueva York", y de ahí que los presentadores de estas cadenas, Peter Jennings y Tedd Koppel (ABC), Tom Brokaw (NBC) y Bernard Shaw (CNN), continúen en sus puestos de Nueva York y Washington, mientras Rather intenta infructuosamente traspasar las líneas iraquíes. Algunos responsables informativos de las grandes cadenas norteamericanas coinciden en señalar que la historia de Kuwait "es una gran historia", a pesar de que no existan imágenes de tanques iraquíes en las calles de Kuwait o de soldados norteamericanos en Arabia Saudí.
Mantener la tensión
Las grandes cadenas, con un despliegue impresionante de medios, están intentando mantener la tensión del público a base de crónicas y crónicas, muchas veces alejadas de los puntos donde se están produciendo las noticias. En pocas palabras, se está repitiendo el proceso seguido durante el conflicto de las Malvinas en 1982, entre Argentina y el Reino Unido, en el que la prensa explicaba lo que sucedía en lugares muy distantes. Las televisiones norteamericanas están utilizando estos días voces de diplomáticos y periodistas que se encontraban en Kuwait en el momento de la invasión.
Sus relatos salen en antena mientras los realizadores colocan una careta estática en la pantalla que refleja el mapa de la zona. En estos casos, la falta de imágenes no es dramática, porque la información fluye. Éstos son días de radio. Las crónicas telefónicas han vuelto a demostrar que el periodismo es comunicación sea cual sea el soporte que se emplee. Rather, el presentador de la CBS, estaba de vacaciones en la Costa Azul cuando estalló el conflicto. Rápidamente intentó infructuosamente entrar en Kuwait vía Ginebra.
Desde hace una semana está en Ammán, donde consiguió una entrevista con el rey Hussein de Jordania. La CBS vendió la entrevista como una gran exclusiva, sin ignorar que un día antes Hussein había efectuado unas declaraciones a la NBC a través del teléfono, con un coste económico mínimo. El conflicto del Golfo ha cambiado la concepción del periodismo televisivo. Si no hay imágenes, hay que hacer periodismo como el de antes y usar el hilo telefónico.
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