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Los elefantes, visto con lupa

Científicos de todo el mundo acuden ahora más que nunca a observar los rebaños amenazados

El número de los elefantes de África ha disminuido de 2,5 millones en 1946 a unos 600.000 hoy, debido sobre todo a la caza furtiva. Las amenazas que sufre este monumento natural han llevado a un enjambre de científicos hasta su entorno. Nunca en, todo el mundo universidades, fundaciones y organismos internacionales habían generado tantos créditos para estudiar a los últimos reyes de la sabana.

Los elefantes, que no se conocían más que por las disecciones anatómicas y los relatos de los cazadores, eran unos célebres desconocidos. Ahora, descubren su misterio. La trompa, por ejemplo, todavía es un objeto de asombro y de interrogación para los investigadores. Este órgano sirve a la vez para oler y para tocar; la trompa sirve también de mano, para respirar, aspirar, y como pulverizador, y señal acústica y visual. Es tan compleja que los elefantes tardan varios meses antes de saber servirse de ella para arrancar un manojo de hierba.En cuanto a las orejas, que hasta hace poco se tenían corno simples pabellones auditivos, son también órganos de termorregulación, con sus cuatro metros cuadrados de superficie ampliamente irrigada. Desplegadas al viento, funcionan como los radiadores de los automóviles. Su temperatura es de varios grados inferior a la del resto del cuerpo.

La muerte del elefante también se ha desprendido de su mito. Longevidad máxima: alrededor de 60 años, no más tiempo. ¿Cementerios de elefantes? "Las agrupaciones de esqueletos", explica Pierre Pfeffer en su último libro, Vida y muerte de un gigante: el elefante de África, "están siempre constituidas por animales de diferentes edades, lo que prueba la muerte simultánea de una manada, más que una acumulación sucesiva de individuos".

Matriarcado

Los descubrimientos más apasionantes están relacionados con la etología. Y así, por ejemplo, se ha demostrado que las familias de elefantes viven bajo un régimen de matriarcado.

Siempre es la más experimentada de las hembras la que dirige el rebaño, seguida de sus hermanas, de sus hijas y de sus muchachos, que no se independizan hasta los 10 años y se unen entonces a los jóvenes machos de otras familias, con los que forman bandas de "solteros". No buscan a las hembras más que en los periodos de reproducción. Hacia los 40 años, sus articulaciones anquílosadas no les permiten seguir la marcha y se vuelven viejos solitarios y sedentarios. En la vida social de los elefantes los machos tienen un papel muy reducido. Así, toda la supervivencia de los jóvenes depende de la presencia de su madre o de sus tías. Cuando éstas son abatidas por los cazadores furtivos, tienen muy pocas posibilidades de sobrevivir, pues las otras familias rehúsan adoptarlos.

Otros descubrimientos más recientes nos hablan del lenguaje de los paquidermos. Se conocen sus trompetazos precedentes a una carga, los bramidos de los encuentros, los gruñidos de satisfacción, los grititos de excitación. Pero lo que se interpretaba como un gorgoteo digestivo es en realidad un murmullo permanente que les sirve para mantener el contacto con sus congéneres, sobre todo en un medio forestal. El americano Katty Payne, especialista en el lenguaje de las ballenas, ha registrado e identificado estas manifestaciones. -En efecto, los elefantes producen infrasonidos de una frecuencia de 14 a 24 hercios (cuando el hombre no escucha más que a partir de 20 herciosi que perciben desde centenares de metros el resto del clan.

Numerosos estudiosos están cada vez menos convencidos de la validez científica de la clasificación de los elefantes en dos especies: los de la sabana y los de bosque y selva. "Se trata de una variación progresiva del Este al Oeste y del Norte al Sur, como pasa con los búfalos", estima Pierre Pfeffer, el mejor especialista francés.

Adaptación

Lo cierto es que los elefantes poseen una inmensa facultad de adaptación, que les ha permitido vivir en todos los territorios de África, desde el desierto a la selva ecuatorial, y de perdurar desde el principio de los tiempos hasta nuestros días.

Numerosas leyendas han sido ahora rechazadas. Según ciertos ancianos, la gestación de la hembra dura hasta nueve años. Según otros, solamente seis meses. Se comprenden estos titubeos cuando sabemos que los paquídermos se esconden para parir. "Estudio a estos animales sobre el terreno desde hace 39 años", explica Pierre Pfeffer. "No he logrado nunca sorprenderlos en un nacimiento". Un equipo de la televisión japonesa, con la ayuda de un emisor, ha seguido a las hembras preñadas durante meses y tampoco lo ha conseguido.

Cuando nace, el bebé elefante pesa 100 kilos y mide ya 90 centímetros de alto. Mama golosamente hasta los seis meses y consume 10 litros de leche diarios. -Pero su destete psicológico es mucho más largo, puesto que él se queda entre las faldas de su madre hasta los 10 años y mama incluso cuando le viene un hermanito.

El régimen alimenticio de los paquidermos es hoy día bien conocido: Un adulto necesita de 150 a 200 kilos de material vegetal (hierba, hojas, frutas), a los que hay que añadir alrededor de 100 litros de agua...

En los excrementos que expulsa 15 veces al día se encuentra prácticamente intacto el 40%. de lo ingerido. Pero tiene una consecuencia feliz: el elefante, que a una velocidad de siete kilómetros a la hora de media recorre enormes distancias, es un gran díseminador de semillas.

® Le Monde.

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