Intervención en Liberia

El conflicto de Liberia es, sin duda, el peor de los -que vive en la actualidad el continente africano. Es cierto que varias guerras civiles devastan Angola, Mozambique, Sudán o Etiopía, sin que las ¡das y venidas de quienes ejercen el papel de mediadores hayan arrojado resultados positivos. Pero lo que individualiza el caso de Liberia es el hecho de que, el país se desliza hacia la anar quía, sin Gobierno y con sus ciudadanos desasistidos e incapaces de sobrevivir.Ante esta situación extraordinariamente grave, la responsabilidad se descarga sobre tres partes: la Organización para la Unidad Africana, que debería considerarse la más directamente afectada por el problema; las Naciones Unidas, que hasta el momento no han hecho mucho más que expresar su consternación, y Estados Unidos, aliado histórico de Liberia y en otro tiempo defensor de su presidente, Samuel Doe.El fracaso de la OUA, en dar una respuesta práctica a la crisis es, po r un lado, criticable, pero también resultaba previsible. La preocupación por los asuntos de Suráfrica ha sido, por mucho tiempo, la causa de que otros problemas de África hayan quedado descuidados.De la ONU se podría haber esperado mucho más. El Consejo de Seguridad debería reunirse sin más dilación para discutir sobre Liberia y dar la correspondiente autorización para aquella intervención internacional que se considerara factible.

1 de agosto