La crisis del Golfo provocará que el precio de la gasolina se eleve al menos cinco pesetas este mes
El día 21 de agosto, fecha prevista para fijar el precio de los combustibles de automoción para la quincena que sigue a esa fecha, volverá a subir la gasolina. Ese es el primer impacto que tendrá sobre el consumidor y, por extensión, sobre la economía española el conflicto bélico entre Irak y Kuwait. De esta forma, durante el mes de agosto, el precio de la gasolina aumentará entre cinco y seis pesetas, de las que la mitad ya estaba prevista para el martes día 7. La mayor o menor incidencia del enfrentamiento dependerá, no obstante, de lo que suba el precio del barril y de cuánto tiempo vaya a durar. En principio se calcula que cada dólar que se encarece el barril de petróleo repercute en 70 céntimos en el precio del litro de gasolina.
El aumento del brent (petróleo del Mar del Norte) ayer en Londres fue de tres dólares hasta situarse en 23,50 dólares por' barril, lo que supone, según dicha relación, una repercusión de 2,10 pesetas en el precio de la gasolina aproximadamente. Ello significa que los combustibles volverán a tener un alza superior a las dos pesetas en sus precios máximos, fijados de acuerdo a la fórmula adoptada a principios de julio.Esa subida no repercutirá en los precios máximos de la quincena que empieza el próximo. martes día 7, fecha en la que el precio máximo de la gasolina súper pasará a ser de 83,3 pesetas (ver EL PAÍS de ayer). Según la fórmula prevista, la semana inmediatamente anterior a la que se fija el precio no se tiene en cuenta para esa quincena y pasa automáticamente a la posterior. Es decir, para el día 7 se contabilizan los movimientos del mercado de los días comprendidos entre el 16 y el 30 de julio y para la revisión del día 21 se contemplan los días que van del 31 de julio al 13 de agosto.
Actitud de Campsa
Sin embargo, aunque en precios máximos no vaya a tener impacto, es posible que varíe el precio de venta al público que tenía previsto poner Campsa. La distribuidora tendía a una subida de dos pesetas -de 80 a 82 pesetas en -el caso de la súper-, pero ante estos acontecimientos podría elevarlo hasta el techo de 83 con el único objeto de hacer memos oneroso el próximo incremento.
Para la fijación del precio máximo de los combustibles -ante el que los distintos operadores pueden adoptar el que consideren más rentable-, se tienen en cuenta las variaciones del precio internacional en los mercados spot de Rotterdam y de Génova cada 15 días; la media de los precios que tienen los combustibles en los seis países comunitarios más representativos esos 15 días y los costes medios de distribución, entre otros, de las últimas ocho semanas. Al resultado de esa ,suma se añaden dos pesetas fijas y los impuestos establecidos cada año por la Administración y además el IVA.
El aumento de las gasolinas -entre cinco y seis pesetas entre las dos quincenas- se reflejará en el IPC de forma directa. Sin embargo, el Gobierno no puede hacer nada en cuanto a precios máximos y, si no quiere desvincularse demasiado de la media europea, poco en los de venta al público.
La incidencia inmediata ha sido consecuencia de la reacción técnica de todas las compañías petroleras para tomar posiciones. Lo que hay que preguntarse ahora es qué puede pasar a largo plazo. Según expertos del sector, no es previsible que sigan aumentando los precios, que, como mucho, se situarían en el techo de 25 dólares por barril. El principal argumento es que los países productores tienen enormes reservas y no se pueden permitir que aumenten demasiado los precios. Sobre todo, porque a un precio alto entran en juego otros productos -por ejemplo, los bituminosos, en los que Estados Unidos y Canadá tienen grandes perspectivas- que son alternativa al petróleo.
Por otra parte, el posible boicoteo a Iraq no tendría una influencia notable en España. El país que preside Saddam Hussein es uno de los principales suministradores a España (5,3 millones de toneladas el pasado año y 1,9 en los cinco primeros meses de 1990) representa el 10% de las compras españolas. Además, España dispone de las suficientes reservas, más o menos las estipuladas de 90 días.
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