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Crítica:39º FESTIVAL DE SANTANDER
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Ros Marbá hizo intimidad para multitudes

La música inició el lunes su andadura en el 39º Festival Internacional de Santander de la mano de Antoni Ros Marbá, al frente de la Orquesta Escocesa de Cámara y con la colaboración solista de Lella Cuberli y Lucía Valentini-Terrani, después de una nueva actuación de Julio Bocca y el Ballet Argentino que presentó la atractiva coreografia de Mollajoli para Entre tangos y milongas y repuso El combate, de Dólar, sobre partitura de Banfield, en medio de un éxito clamoroso.Stabat Mater, de Pergolesi, es obra sutil y quebradiza en su pudorosa belleza entre religiosa y teatral y una de las más hondas muestras del barroco napolitano. Lo que ocurre es que acaso un ámbito como el de la plaza Porticada no sea el más conveniente para pentagramas en los que el estilo se recoge y la expresión se intimiza, tanto en las voces como en el breve acompañamiento orquestal que adopta tono y espíritu propios "de cámara".

Quizá esta circunstancia destempló bastante la afinación dé la mezzosoprano Valentini-Terraní, que posee tan hermosa y coloreada voz, y hasta provocó cierta asepsia en la actuación de todos, cantantes e instrumentistas.

De modo que la formación escocesa de cámara no brilló como en otras ocasiones y perdió calidad sonora, especialmente en las maderas.

El criterio de Ros Marbá, siempre musical y detallista en la dicción, la articulación y la emoción hizo, sin embargo, que los resultados mereciesen los aplausos de la numerosa audiencia, especialmente dirigidos al director y a la soprano ítaloamericana Lella Cuberli.

Cordialidad

Y pues de expresiones sutiles se trataba el programa se redondeó con la Segunda Sinfonía de Schubert, resonante de ecos mozartianos, rossinianos o weberianos y tocada, a veces, de la elegancia de un Mendelssohn. Para Antoni Ros Marbá hacer música, y más si se trata de Schubert, es cantar con natural cordialidad, cosa desde luego nada fácil. Ante las largas ovaciones, los actuantes ofrecieron un Rossini bien aireado, vivaz y fascinante.

Esta Orquesta Escocesa, fundada en 1974, se ha encargado de asistir ayer y hoy a los finalistas del Concurso Internacional de Piano Paloma O'Shea en la prueba de conciertos de Mozart, siempre bajo la dirección del maestro Ros Marbá, quien como buen pianista sabe crear el clima y la libertad necesarios para que cada cual exprese su pensamiento y su manera de entender la música del salzburgués.

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