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El Congreso detectó hace tres meses que un funcionario manipulaba su base de datos

El funcionario del Congreso Francisco Cabello Carro, recientemente expulsado, introdujo órdenes de alteración en la base de datos de la Cámara baja, de forma que en algunos documentos aparecieron párrafos borrados y otras anomalías. Estos hechos fueron detectados hace tres meses, aunque la Mesa del Congreso no fue informada hasta la pasada semana por el secretario general, el letrado Ignacio Astarloa.

Las fuentes oficiales indican que la información manipulada era pública y que no había motivos políticos sino "de malestar Orofesional" en la conducta del funcionario contratado. Fue desde el departamento de Informática del Congreso, que dirige Manuel Delgado Iribarren, desde donde se apreciaron anomalías dado que de determinados documentos, relacionados con los últimos meses de esta legislatura, "habían desaparecido algunos párrafos". Las fuentes oficiales aseguran que este empleado no introdujo órdenés de extracción, sino de alteración, y señalan que en ningún momento se puso en peligro 1a base de datos".Al propio tiempo, se indica que la información alterada era pública "y puede encontrarse en el Boletín Oficial de las Cortes", por lo que no se deduce ningún móvil político. Fuentes oficiosas achacan esta acción a "`un enfado personal" por razones estrictamente profesionales.

Las anomalías fueron detectadas hace tres meses e inmediatamente se supo que procedían de la mano de Francisco Cabello Carro, por lo que se le abrió un expediente disciplinario que concluyó con un despido, lo que fue comunicado sucintamente a la Mesa del Congreso la pasada semana. Los políticos que integran dicha Mesa no pudieron dar ayer más detalles "al tratarse de un tema de funcionarios que lleva la Secretaría General". Asimismo, alegando que se trataba de un asunto de la casa y no político, los servicios de la Cámara declinaron dar información oficial.

Inconformista

La Secretaría General del Congreso solicitó un Informe técnico sobre la aparición de este virus al asesor de informática del Senado, Javier de Andrés, que enseguida descubrió la manipulación. Este funcionario fue contratado hace cuatro años para la dirección de informática del Congreso en una etapa en la que todavía era vicepresidente segundo de la Cámara por AP su tío Antonio Carro. Los funcionarios consultados ayer sobre la personalidad de este técnico aseguran,que era conocido por una actitud "`inconformista".

En fuentes oficiales parlamentarias se trató ayer de quitar importancia a este hecho, ofreciendo detalles que servían para minimizar las consecuencias de la acción de Cabello Carro. Así, se indica que este funcionario sólo había introducido órdenes de alteración en el ramal común a todos y no en los "racimos" de cada departamento. Con ello se quiere indicar que esta persona actuó precipitadamente y sin ánimo de causar daños irreparables toda vez que su manipulación era tan "ostentosa", que debió imaginar que iba a ser detectada. El hecho de que se limitara a borrar algunos párrafos o a trastocar algunos índices denota también, según estas fuentes, su intención de "rnolestar" pero no de producir quebranto en la base informática de la Cámara.

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