La caída del muro sociológico
Nuevas especialidades en las ciencias sociales tratan de explicar la conducta humana en el fin de siglo
La caída del muro de Berlín ha significado también la caída metafórica de otros muros sociológicos formalizados en distintas teorías, aunque ha coincidido con la aparición de otras nuevas especialidades. Así ha quedado patente en el Congreso Mundial de Sociología celebrado la semana pasada en Madrid y en el que han participado cerca de 6.000 sociólogos de las más variadas tendencias. A las puertas del tercer milenio esta ciencia se enfrenta al reto de analizar y explicar los fenómenos sociales y las conductas colectivas en una humanidad sometida a contradicciones y transformaciones.
¿Puede la sociología acometer el estudio de la actual sociedad global?, se preguntan los sociólogos. Artur Meier, director del comité del programa científico que con el lema Sociología para un solo mundo: unidad y diversidad, se ha debatido en el congreso de Madrid, dice que sería muy poco realista en estos tiempos partir de la consideración básica de que existe un mundo sobre el que hay acuerdo, pero ya puede ofrecerse evidencia empírica de la emergencia de una sociedad global basada en unas estructuras sociales, en tecnologías comunicativas, en pautas culturales y, por supuesto, en una economía mundial que trascienden las fronteras de las regiones y hacen a las naciones menos importantes que nunca.
Cambios globales
Para Meier, que procede de Europa central, región que es ahora mismo uno de los principales focos del cambio social, se experimenta en Europa cómo los cambios de una parte del mundo se ven afectados de forma significativa por los de otra parte y viceversa. "Aplicada al estudio de fenómenos como el aquí descrito", señala Meier, "está claro que la sociología internacional puede verse aún como una labor que debe realizarse, pero también como algo ya existente, al menos en un grado considerable. La internacionalización de la sociología es una respuesta a la globalización".Durante mucho tiempo se ha hablado de la crisis y de la inconsistencia de la sociología, de su incapacidad para analizar de forma científica los fenómenos sociales. Henk A. Beck, profesor holandés de Estudios Avanzados y Ciencias Sociales, ha señalado a este respecto que los mayores logros de la sociología provienen de las investigaciones empíricas que han producido frutos teóricos y de esa forma se ha mejorado el cuerpo de conocimientos.
El profesor Beck ha descrito tres etapas en la evolución de la sociología en los últimos 50 años. Una primera etapa (1955-1968), llamada de optimismo, se caracterizó por el cambio de enfoque que experimentó la sociología después de la II Guerra Mundial. Marinheim ha sido señalado como uno de los representantes más genuinos de esta época en la que se pretendió poner a prueba teorías de alcance medio como mejor camino para la construcción de una teoría general.
La segunda etapa (1968-1980) ha sido llamada de "turbulencia y confrontación" y ha estado marcada por la contraposición de las teorías conservadoras y del establecimiento y la sociología radical o crítica. Muchos consideraban que la sociología estaba aquejada de incertidumbres y que no alcanzaba las condiciones exigidas para ser una ciencia.
La tercera etapa (desde los años ochenta hasta nuestros días) coincide con un periodo de fuerzas renovadas. Se deja de hablar de crisis y se comienza a hablar de resultados. En este sentido el profesor Beck ha citado los trabajos del Corona Group, un grupo de sociólogos que asesoró al Gobierno holandés en la reforma del sistema de la seguridad social de aquel país.
Beck señala finalmente que en los últimos años áreas enteras de estudio anteriormente cubiertas por la sociología han pasado ahora a ser objeto de estudio de otras disciplinas como la demografía, la psicología social, la ciencia política o la economía. "¿Estará la sociología sufriendo el mismo proceso que en su día le sucedió a la filosofía?", se pregunta el profesor Beck.
Crisis de los paradigmas
"Los principales métodos y, si se quiere, escuelas, en sociología se reducen a dos: los funcionalistas (conservadores) y los marxistas (o críticos)", dice José Cazorla, decano de la Facultad de Políticas y Sociología de la Universidad de Granada, "y estos dos métodos pueden aplicarse a cualquiera de las ramas y especialidades. Por ejemplo, el marxismo es muy válido todavía para estudiar las realidades de determinados países en los que existen relaciones de dominación descarada".El sociólogo español Salvador Giner se ha referido a los grandes paradigmas sociológicos: el liberal (propio de las sociedades burguesas), el marxista, el funcionalista y el de la sociedad de la información (que está intentando adquirir su estatuto); y ha dicho que cada vez interesa menos la contraposición marxismo-funcionalismo "porque comienza a imponerse la microsociología, con lo que ello conlleva de dogmatismo de la especialización".
Alberto Moncada, otro de los sociólogos españoles que pasa largas temporadas en Estados Unidos, dice que la época actual se caracteriza por la pérdida de dominio de la principal corriente norteamericana (funcionalismo) "que pretendía ocultar las realidades sociales", por la caída del socialismo real y por la emergencia del Tercer Mundo. Moncada tiene claro, no obstante, "que hay que hablar más de los problemas sociales que de las teorías sociales".
Especialidades
Al amparo de estas teorías han ido surgiendo múltiples especialidades que van desde la sociología política hasta la sociología de la vida cotidiana, pasando por cuestiones como la comunicación, el delito, la drogadicción, las fuerzas armadas, la familia, la juventud, la vejez, el trabajo, la mujer, las migraciones, la pobreza, las ciudades y la religión, entre otras.
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