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La fuga de enfermeras del hospital Gómez Ulla obliga a bajar su actividad

La fuga de enfermeras en el hospital militar Gómez Ulla -a causa de los bajos salarios que cobran en comparación con sus colegas de los hospitales civiles- ha provocado un descenso en la actividad habitual del centro, según reconoció el subdirector de relaciones externas del Ministerio de Defensa, Pedro Meyer.El citado portavoz ministerial indicó que el problema se puede paliar este año con la negociación de un nuevo convenio que actualizará los salarios del último acuerdo laboral del Gómez Ulla, que se firmó hace cuatro años.

Meyer advirtió, no obstante, que un hospital militar como el Gómez Ulla hace medicina preventiva y que nunca ha de funcionar al 100% de su capacidad, ya que ha de mantener una obligatoria "reserva de guerra" de al menos el 10% de su nivel. "El funcionamiento, pues, es distinto al de un hospital civil, sea público o privado", añadió.

Un colectivo de enfermeras del hospital militar Gómez Ulla, formado por 175 personas, redactó recientemente un informe en el que aseguran que el desfase económico con otras diplomadas sanitarias de centros públicos y privados está provocando una fuga masiva hacia otros hospitales y la consiguiente infrautilización del hospital, que las enfermeras cifran en un 45% sobre la capacidad total. Según el citado colectivo, en los meses de verano se cerrarán varios controles de enfermería, con lo que "una enfermera podría quedarse a cargo de hasta 60 enfermos".

María del Carmen Sarabia, portavoz del grupo, asegura que las intervenciones quirúrgicas programadas se vienen aplazando reiteradamente y la lista de espera aumenta a un ritmo acelerado.

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