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Entrevista:

"El Gobierno griego muerde la bala para superar la crisis económica"

"El Gobierno griego actual ha mordido la bala desde el primer momento para afrontar la grave crisis económica", afirma Antonis Samaras, de 31 años, ministro de Exteriores de Grecia desde hace cuatro meses, en visita oficial a España. Samaras quiere impulsar los vínculos culturales, financieros y mediterráneos entre los dos países. En una entrevista con EL PAÍS alude al acuerdo firmado el domingo con EE UU sobre las bases en territorio griego y a los problemas planteados por los cambios vertiginosos en los países fronterizos.

El problema de las bases norteamericanas en territorio griego, uno de los caballos de batalla del período socialista de Papandreu, que le ganó la enemistad de Washington, ha sido superado. El domingo fue firmado un nuevo acuerdo que regirá por un período de ocho años. "Se trata de un acuerdo muy positivo para el país", dice. "Las bases eran cuatro antes de la firma y a partir de ahora se reducen a las dos de Creta. Las bases militares han perdido su utilidad práctica y por eso Washington está reduciendo drásticamente sus gastos militares. Las relaciones entre Grecia y EE UU han recibido un nuevo impulso. En realidad empezaron a mejorar desde que nuestro primer ministro, Constantino Mitsotakis, visitó Washington el pasado mes de junio".Como especialista en Economía -estudió varios años en la universidad de Harvard (EE UU)- le preocupa la profunda crisis económica que padece su país, y que está provocando una amplia contestación social. "Utilizando una expresión muy americana, el Gobierno ha mordido la bala desde el primer momento, afrontando el problema. La situación es pésima por una combinación de tendencias inflacionistas (el índice de inflación supera el 20%). El paro empieza a ser también un problema capital, y al mismo tiempo tenemos problemas con la balanza de pagos y déficit presupuestario".

Samaras se muestra duro ante la carta, aún más dura, que no hace mucho el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, dirigió al Gobierno griego expresando su preocupación por la forma en que está malgastando sus reservas -el aparato del Estado controla el 70% de la actividad económica, y en 1989 el déficit estatal se elevó al 25% del producto interior bruto"-. La carta", dice, "fue desafortunada y creó malestar en Grecia. No quiero discutir el contenido en sí. Prefiero recordar la declaración de la CE en la cumbre de Dublín, por la cual la comunidad expresa su deseo de ayudar a Grecia por los canales comunitarios y no a través del Fondo Monetario Internacional".

Inversión extranjera

Samaras dice desconocer que el capital de la Europa comunitaria esté empezando a irse hacia Turquía, porque confía más en la economía del vecino turco. Considera lógico que Turquía busque la inversión extranjera, lo mismo que están haciendo las nuevas democracias centroeuropeas, en particular Bulgaria, Yugoslavia, Hungría y Checoslovaquia.¿Está Grecia precoupada por los planes de Turquía de ingresar en la CE? El ministro griego afirma rotundamente: "Grecia está a favor de la orientación europea de Turquía. No queremos que caiga en manos del radicalismo islámico. Pero tiene una prueba que superar ante la comunidad internacional: el problema de Chipre. Para probar que tiene voluntad de orientarse hacia Europa debe tenerla antes hacia Chipre. Si se muestra intransigente y prefiere continuar inmóvil y dogmática, le va a ser difícil superar la prueba".

Sin embargo, hay posibilidad de diálogo. Mitsotakis tuvo el primer encuentro con su homólogo turco, Yildirim Akbulut, aprovechando la cumbre de la OTAN en Londres. "Hoy existen unas condiciones únicas para entablar el diálogo entre las dos partes. Este es el nuevo factor en la situación". En torno a los debatidos derechos greco-turcos sobre el mar Egeo (petróleo, etc.), el ministro considera que el árbitro debe ser el Tribunal Internacional de la Haya, cosa que Ankara no acepta. Samaras cree que el recurso a la fuerza para resolver los contenciosos entre los dos países es algo pasado de moda.

Al Gobierno griego le preocupan también la situación en Albania. "Es preocupante lo que está ocurriendo. La minoría griega en ese país es de unas 350.000 personas, y se les debe permitire jercer sus derechos políticos y religiosos".

El ministro griego Antonis Samaras afirma que el problema no es similar en Turquía. "En ese país", dice, "desgraciadamente solo viven unas 3.500 personas de origen griego. En 1923 había 150.000. Sin embargo, los musulmanes que vivían en Grecia en ese año eran 100.000 y hoy son 150.000. Obviamente las dos comunidades han recibido un trato diferente en uno y otro país".

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