Cordón sanitario en torno alas embajadas en Tirana

Las autoridades albanesas impusieron ayer un cordón sanitario alrededor del barrio diplomático de Tirana, aislando de esta manera a los 5.000 albaneses refugiados en las embajadas extranjeras de la capital e impidiendo el flujo de nuevos refugiados. La medida fue tomada ayer, domingo, tras la clausura de la reunión del Comité Central del Partido del Trabajo de Albania y el único día festivo en este país, cuando la gente pudo haberse acercado a las embajadas para hablar con sus compatriotas y tal vez unírseles.En la reunión del comité central, las autoridades albanesas acordaron dejar salir a los exiliados, aceptaron la mediación de los diplomáticos en el trámite de los pasaportes y ayer por la tarde llegaron los primeros formularios para obtener los pasaportes en las embajadas de Francia e Italia. Ninguna otra medida concreta ha sido tomada, aunque las condiciones sanitarias en la embajada se han ido deteriorando. De hecho, aun con la luz verde de las autoridades albanesas -más bien retórica, puesto que en la práctica no se da-, la evacuación de 5.000 personas en barco o en avión requiere una coordinación y organización en la que los albaneses no parecen dispuestos a participar.

Ayer fue concedido el visado y el permiso de entrada a Albania a un enviado especial del secretario de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, el diplomático sueco Stephan Di Mistura. El enviado de la ONU tiene prevista una estancia de 48 horas en Tirana e intentará acelerar la evacuación de los refugiados, ya que, según Pérez de Cuéllar, existe "la voluntad de negociar" por parte de los albaneses.

Pérez de Cuéllar fue huésped del Gobierno albanés en abril pasado y con motivo de su primera visita al país de las águilas, la cúpula política aceleró el proceso de los cambios anunciando justo antes de la llegada de Pérez de Cuéllar una serie de medidas políticas.