_
_
_
_

El Barón Rojo pilota de nuevo

Los aviones más antiguos se exponen y vuelan en Cuatro Vientos

"Nuestra misión no tiene nada que ver con la de los coleccionistas de coches antiguos. Queremos tratar y operar los aviones más antiguos de España con el respeto que se merecen por lo que representan en la historia y la tradición de la aeronáutica española". Así se manifiesta Carlos de Valle, piloto profesional y presidente de la nueva Fundación Infante de Orleans. Esta asociación reúne una colección de 18 aviones (de los cuales 11 se encuentran en perfectas condiciones de vuelo), que se exponen gratuitamente, de martes a sábado, en un hangar del aeródromo civil de Cuatro Vientos.

La fundación tiene previsto además ofrecer exhibiciones aéreas el primer domingo de cada mes. De esta manera se ha instituido el primer museo volante de la aviación española. El de la Fundación Infante de Orleans constituye uno de los pocos museos de estas características que existen en el mundo."Tenemos que unir humanismo y tecnología para conseguir que los jóvenes se interesen por la aviación española, que ha tenido una tradición muy importante y que se ha olvidado", dice Alvaro de Orleans, presidente del Real Aero Club de España y honorífico de la institución. La Fundación Infante de Orleans está integrada por 16 personas, la mayoría pilotos de líneas aéreas comerciales. Entre ellas se encuentra también el banquero Jaime Botín, gran aficionado a la aeronáutica.

"Todos los integrantes de la fundación pertenecemos al aeroclub José Luis Arestegui, especializado en vuelo acrobático. De aquí ha salido el equipo nacional de esta modalidad. Empezamos a reunir biplanos antiguos de propiedad privada y creamos una sección histórica para adquirir, restaurar y conservar el material de vuelo", explica Carlos Valle.

El proyecto dejó de ser un sueño de apasionados cuando instituciones públicas y privadas -entre ellas el Ministerio de Defensa- mostraron su interés. Ahora la fundación cuenta con la colaboración del Ejército del Aire, la comunidad madrileña, Cajamadrid, la Fundación Ramón Areces y Construcciones Aeronáuticas (CASA).

"La aportación económica de estas instituciones se aproxima a los 12 millones de pesetas anuales, aunque CASA corre con los gastos de mantenimiento. Aun así, necesitamos un presupuesto anual cercano a los 16 millones, sin contar lo que invertiremos en los aviones que quedan por restaurar", puntualiza Carlos Valle. Sólo la revisión anual de cada aeroplano supera el millón de pesetas.

Los aviones son auténticas piezas de artesanía. La estructura del fuselaje está compuesta por tubos de acero soldados, mientras que las alas son de madera, forradas con tela. "Antiguamente se utilizaban el algodón y el lino, pero ahora se ha pasado al dacrón, un tejido sintético", comenta Pablo Peraita, miembro de la fundación e ingeniero aeronáutico.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La estrella de la exposición

La estrella de la exposición es un ejemplar de Consolidated Fleet. Data de 1928 y fue adquirido en Argentina por 5,5 millones de pesetas. Este tipo de biplano se utilizó durante la guerra civil española y era uno de los aparatos preferidos por Joaquín García Morato. El avión más grande es un Beechcraft 18, un bimotor de transporte ligero con capacidad para seis viajeros. Utilizado desde 1939, se trata del mismo modelo que aparece en las películas de Tarzán protagonizadas por Johnny Weismüller.El ejemplar más moderno es un Acrostar, que realizó su primer vuelo en 1970. Se trata de un tipo de avioneta muy adecuado para la alta acrobacia en la década de los setenta. A pesar de ser el de más reciente fabricación, constituye el único ejemplar que se conserva de este modelo.

De especial interés resultan los cuatro Bucker Jungmann. Construido desde los años treinta, ha sido un tipo de biplano muy utilizado en las escuelas de vuelo. Los conservados por la Fundación Infante de Orleans se usaron en la guerra civil y están pintados con los mismos emblemas que lucieron en la época. Sin embargo, el único superviviente de la contienda española es el Miles Falcon Six, que también se expone en Cuatro Vientos.

"El valor de estos aviones es dificil de calcular", explica Pedro Valle, hermano del anterior y tambien piloto profesional. "La mayoría se adquieren en subastas, y el precio varía según los países. Por ejemplo, los alemanes y los estadounidenses otorgan un gran valor a los Bucker, que fueron muy utilizados durante la II Guerra Mundial. Aunque de origen alemán, sólo se conservan los de fabricación española".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_