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El grosor del cable que sujetaba las vigas, posible causa del accidente de Torrejón

Luz Sánchez-Mellado

La fragilidad del cable utilizado por la empresa de transportes Giribets, de Barcelona, para fijar el cargamento de vigas de hierro en un tren de mercancías podría haber causado, según fuentes sindicales, el desplazamiento lateral de la viga que segó en la noche de¡ martes la parte izquierda de¡ convoy de cabeza del Intercity Zaragoza-Madrid, causando la muerte a seis personas y heridas a otras ocho. Seis de los heridos fueron dados de alta ayer, y los dos restantes se recuperan de sus lesiones en los hospitales de La Paz y de Alcalá de Henares.Viene de la página 1

Según algunos empleados de Renfe que revisaron ayer el tren de mercancías, contratado por la empresa Giribets para trasladar vigas de hierro destinadas a la construcción de marquesinas urbanas, el cable usado para sujetar las vigas a las plataformas del tren tenía un grosor "adecuado para el transporte de este tipo de materiales por carretera, pero que no era suficiente para el transporte ferroviario". Dicho cable tenía un grosor de seis milímetros de diámetro.Un portavoz oficial de Renfe manifestó ayer que, además de la oportuna investigación judicial abierta por el Juzgado de Instrucción número 1 de Torrejón de Ardoz, la Inspección General de la compañía ha iniciado la confección de un informe pericial para determinar las causas de la colisión. Renfe ha declinado ofrecer cualquier explicación sobre las causas del accidente hasta la conclusión de esta investigación.

Según la versión ofrecida por Renfe, el accidente se produjo sobre las 23.15 del martes en el punto kilométrico 27,200 de la línea férrea Madrid-Zaragoza, cuando el tren Intercity 179 que cubría el trayecto Zaragoza-Madrid fue alcanzado por una viga de hierro que sobresalía del último vagón de una unidad de mercancías que viajaba por la vía contraria procedente de la estación de carga de El Salobral, junto a la estación de Villaverde Bajo, con destino a Granollers.

El impacto de la viga segó literalmente la mitad izquierda del primer vagón del Intercity, destinado al transporte de viajeros de primera clase, y causó la muerte de seis pasajeros. El tren de mercancías siguió su marcha tras el impacto y se detuvo a dos kilómetros del lugar del accidente.

Este accidente tuvo lugar en un tramo que soporta un intenso tráfico ferroviario y que cuenta con tan sólo dos vías férreas. Por este lugar circulan durante 18 horas diarias dos trenes de cercanías cada 15 minutos, además de varios trenes de largo recorrido y otros de mercancías.

Los representantes sindicales de Renfe exigieron ayer la conclusión urgente del Plan de Cercanías de Renfe, "que prevé la construcción de dos vías suplementarias en esta línea y cuyas obras fueron interrumpidas el año pasado para favorecer las inversiones del tren de alta velocidad", según manifestó José Serrano, portavoz del Sindicato Provincial Ferroviario de Comisiones Obreras.

Como consecuencia del accidente, quedó suspendido el tráfico de la línea de cercanías Madrid-Guadalajara, una de las más utilizadas. El servicio quedó restablecido a primera hora de la tarde de ayer, 14 horas después del siniestro.

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El tren de mercancías que originó el accidente circulaba a la velocidad máxima permitida

Según Renfe, en el momento de la colisión, el mercancías circulaba a 100 kilómetros por hora, velocidad máxima autorizada para el trayecto, y el Intercity, a una velocidad inferior al máximo permitido en ese tramo, 160 kilómetros por hora.Según manifestó en el lugar del siniestro Rafael Noja, jefe provincial de Protección Civil, el maquinista del Intercíty "frenó probablemente al percatarse de alguna irregularidad en el mercancías". Noja calificó como "extraordinariamente afortunada" la circunstancia de que no murieran más personas en el accidente, "dada la espectacularidad del choque".

Según trabajadores de la compañía, el tren de mercancías arrastraba 14 plataformas cargadas cada una con unas 15 vigas de hierro de unos 13 metros de longitud.

José Serrano, portavoz del sindicato provincial ferroviario de CC OO, afirmó ayer que la carga de los mercancías de Renfe es realizada por la empresa que contrata el transporte, y posteriormente un inspector de Renfe debe revisar la carga para autorizar el tránsito de las unidades por la red ferroviaria nacional.

Según Serrano, "la insuficiencia de personal que padece la compañía repercute negativamente en el rigor necesario para realizar con la imprescindible exhaustividad la revisión de la carga de los mercancías".

El sindicalista añadió que son varios los accidentes menores que han tenido su origen en una deficiente colocación de las mercancías en los vagones. "No es la primera vez que ha descarrilado algún tren por chocar con la carga de un mercancías caída en la vía", dijo Serrano.

Los fallecidos son Javier Casans Arteaga, de 41 años; José la Peña Gutiérrez; Ana Cristina Pinilla, de 28, y que viajaba como azafata del tren; Julio Ruiz Martín, de 40, residente en Getafe y revisor del tren siniestrado; Antonio Gambón Ferrer, y Encarnación Blesa Sánchez, que murió en el trayecto hasta el hospital de Alcalá. Todas estas personas fueron trasladadas al Instituto Anatómico Forense, donde les fue practicada la autopsia.

Los ocho heridos fueron trasladados al hospital de Alcalá, donde fueron dados de alta ayer, excepto Isabel Segura, de 63 años, que permanece ingresada con traumatismo craneoencefálico leve, y Abad Alí, que fue trasladado ayer al servicio maxilofacial de La Paz.

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Sobre la firma

Luz Sánchez-Mellado
Luz Sánchez-Mellado, reportera, entrevistadora y columnista, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y publica en EL PAÍS desde estudiante. Autora de ‘Ciudadano Cortés’ y ‘Estereotipas’ (Plaza y Janés), centra su interés en la trastienda de las tendencias sociales, culturales y políticas y el acercamiento a sus protagonistas.

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