Gustavo Arcos: "Hay que evitar que en Cuba se repita lo de Rumania"

El más conocido disidente de los que hoy permanecen en libertad en el interior de Cuba, Gustavo Arcos, ha lanzado un reto, tanto al Gobierno como a la oposición de Miami, para que acepten un diálogo nacional con el fin de definir el futuro del país y evitar un desenlace dramático de la crisis que aqueja actualmente a la isla. "Existe una necesidad imperiosa de diálogo entre todos los elementos de la sociedad cubana", afirma Arcos en declaraciones a EL PAÍS en su residencia del barrio del Vedado, en el centro de La Habana.

Arcos, líder de la organización Partido Pro Derechos Humanos, reconoce que el Partido Comunista de Cuba (PCC) cuenta todavía con el respaldo de distintos sectores del país y dice estar dispuesto a hacer todos los esfuerzos para evitar que en Cuba se repitan los sucesos de Rumania". Arcos no ha recibido hasta el momento ninguna comunicación oficial por ninguna de las dos partes sobre su oferta negociadora, pero ambas partes le han descalificado públicamente al conocido disidente.Por parte del Gobierno, uno de los más altos dirigentes del PCC, Carlos Aldana, dijo recientemente en una conversación con corresponsales extranjeros en La Habana, en relación con la propuesta de Arcos: "Con esa gente no tenemos nada que hablar".

La posición de Arcos fue también criticada violentamente por uno de los líderes de la comunidad cubana de Miami, Ernesto Valladares, representante de EE UU ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, quien expresó en una carta publicada el mes pasado por el diario norteamericano The Miami Herald que el disidente actuaba al servicio del régimen comunista cubano.

Gustavo Arcos está convencido de que existen en la actualidad condiciones para un diálogo en Cuba. "Estamos seguros", afirma, "de que muchas personas que están dentro del régimen a todos los niveles desean una apertura, pero hoy por hoy domina un exceso de prudencia, por no decir un temor". El veterano disidente de 63 años de edad, embajador de Cuba en Bruselas en los primeros años de la revolución y con nueve años de cárcel a sus espaldas, considera que "el principal obstáculo para la reforma es la cúpula del poder", pero cree que "el tiempo, la nueva situación mundial y la crisis económica" que sufre el país "van a terminar por forzar los cambios". "Hoy el régimen hace oídos sordos", añade Arcos, "pero nosotros confiamos en que se vaya imponiendo la razón, el patriotismo, el sentido común, y acepten conversar con los sectores que no aceptan el actual sistema de Gobierno. Varios gobernantes extranjeros han hablado con Fidel Castro sobre este tema, y también la Iglesia".

Gustavo Arcos estima que la celebración del IV Congreso del PCC, previsto para el primer semestre del año próximo, puede ser una buena oportunidad para el cambio. "El IV Congreso afecta, en principio, al sector de la población que está en el poder. Nosotros lo que planteamos es que todos los demás sectores, los del exilio y los que estamos aquí, podamos negociar de una forma civilizada y racional", afirma.

El líder del Partido Pro Derechos Humanos, cuya actividad está prohibida en la isla, considera que "Cuba se dirige hacia el mismo camino que el Este de Europa", y cree, en relación con el papel que la URSS puede jugar en los acontecimientos en Cuba, que "los países tienen ciertos mecanismos para influir en otros sin recurrir a la violencia".

El dirigente comunista Carlos Aldana manifestó que el partido de Arcos "está compuesto por él y su familia" y le negó cualquier representatividad. Arcos, por su parte, dice que el Partido Pro Derechos Humanos es "un iceberg del que el Gobierno conoce a unas cuantas decenas de militantes que actúan públicamente, pero no a otro montón que actúa en la clandestinidad". Arcos se declara partidario de reducir el peso de la oposición de Miami.