Un hincha inglés y otro alemán, heridos en los enfrentamientos de Turín
Un impresionante despliegue policial -policías especiales y cuerpos de Carabineros- se congregó en la plaza de Carlo Felice, en torno a la estación de Porta Nouva, en donde se esperaba la mayor afluencia de hinchas ingleses y alemanes una vez finalizado el partido. En esa misma zona, a primera hora de la tarde resultó herido de gravedad el joven alemán Manfred Girr, de 23 años, natural de Weitzr, localidad cercana a Francfort. En el estadio, un hooligan, Peiton Steven, de 32 años, de Hornchurch (Essex), fue objeto de una agresión con arma blanca.Manfred Girr acababa de llegar en un tren especial procedente de Milán, y no pudo ver el partido porque un hincha británico le apuñaló allí mismo. Operado de urgencia, su estado era grave a última hora de ayer, aunque su vida no corría peligro. Otro hincha, esta vez británico, fue internado en una clínica de la ciudad, donde se le atendió de heridas en el pecho y en la mano, producidas por un rama blanca, y su estado tampoco infundía temor.
Seis mil policías tomaron Turín mientras se desarrollaba el partido. Al mismo tiempo, se instalaban puestos de socorro en toda la ciudad, lo que le daba un aspecto sobrecogedor, con tiendas de campaña y enfermeras pululando por todas partes. Inmediatamente después de finalizar el encuentro, la estación Porta Nouva se convirtió en un escenario digno de una película de guerra, aunque allí sólo se veía a los de un bando policías, policías y policías. También periodistas Los seguidores de Alemania fueron los primeros en llegar pacíficamente, haciendo la V de la victoria. Los ingleses tardaron más.
A los ingleses les esperaban grupos de italianos, jóvenes tifosi del Juventus que ya la noche anterior habían protagonizado graves incidentes al asaltar Parco Ruffini, la zona donde la hinchada inglesa había acampado, también bajo una gran vigilancia policial.
Al grito de "¡Italia, Italia!" los seguidores del Juventus jaleaban a los alemanes. En realidad estaban vengándose de los ingleses. El ambiente era tenso, y a medida que empezaban a llegar los ingleses, la situación se volvía más preocupante.
Los antidisturbios, con casco, fusiles, lanzapelotas de goma, porras y todo tipo de artilugios, estratégicamente situados en todos los ángulos y bocacalles, esperaban nerviosos, pero las órdenes eran: "Con calma, con calma". El teniente Polvani, jefe del cuerpo operativo de Carabineros, en impecable traje gris marengo, parecía efectivamente tranquilo. De su mano derecha colgaba, como un paraguas plegable, una sofisticada porra eléctrica.
La noche iba a ser larga. Las fuerzas del orden tuvieron que dividirse para controlar las distintas escaramuzas que se produjeron en diferentes puntos de la ciudad, siempre bajo el signo antibritánico.
Incidentes en Palma
Por otro lado, en Palma de Mallorca, varios hooligans de edades comprendidas entre los 15 y 18 años, según informa la agencia Efe, lanzaron botellas de cerveza en la localidad turística de Magaluf. Inmediatamente se personaron en el lugar varias dotaciones de la policía, que disolvieron a los jovenes británicos, mientras se establecían controles en otros puntos.
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