Josep Vargas: "Los iraníes se sorprendían de la ayuda extranjera"

El presidente de la rama española de Médicos sin Fronteras, Josep Vargas, regresó ayer de Irán, en donde durante siete días estuvo socorriendo a las victimas del terremoto de Gilán, la provincia más afectada por el siniestro. Según Vargas, el Ejército iraní les proporcionó camiones, aviones y helicópteros. Vargas recuerda la sorpresa de la población al comprobar que eran extranjeros los que les socorrían.

Josep Vargas conoce todos los horrores del mundo: la guerra del Chad, de Nicaragua, de Angola, de Mozambique, la penuria de Bolivia, de Guinea Ecuatorial, de Perú, de Chile; y los terremotos de Armenía, Rumanía e Irán. Ayer regresó del Irán. "Fuimos los primeros que llegamos y, quizás por eso, nos pudieron tratar bien. El ejército iraní puso a nuestra disposición camiones, aviones y helicópteros para trasladar el material; luego supe que con la llegada de los siguientes auxilios el aeopuerto de Teherán fue un caos".Vargas distribuyó los equipos de Médicos sin Fronteras por la provincia de Gilan, la más perjudicada por el terremoto, y él trabajó en la ciudad de Manjel, destruida en un 90% y, con un 80% de mortalidad. "Es un desastre impresionante", recuerda Vargas. "Llegarnos 48 horas después del terremoto, pero los temblores no han parado nunca, ni los vientos huracanados. Con el primero temblor me asusté terriblemente. Me dí cuenta de lo que puede ser que todo desaparezca en sesenta segundos". Antes de llegar, Vargas había recibido información de la Luna Roja iraní de que la ayuda internacional no era bien vista por los sectores político-religiosos más radicales. "La población se vio sorprendida de que unos extranjeros les daran, y que países occidentales no pararan de dar y dar. Han visto que otros países son capaces de ayudar, pese a lo que les habían dicho. La población te agradecía la ayuda y te ofrecían sus platos para comer. Creo que la ayuda internacional va a tener repercusiones diplomáticas y políticas en Irán, y que se pueden abrir nuevas vías de entendimiento".

Desde que ingresó en la organización Médicos sin Fronteras, hace cinco años, Vargas está en medio de todas las desgracias. "El terremoto de Irán ha sido una de las experiencias más dramáticas que he vivido. Las cifras de muertos que se barajan están entre 30.000 y 40.000 y los heridos entre 60.000 y 100.00W. "Pero con la experiencia, he notado que es más trágico que mueran mil personas a que mueran 20.000; cuantos más muertos, más se desvirtúa el hecho", añade Vargas.

100 españoles

Nacido en Valencia hace 33 años, se especializó en Pediatría en el Hospital Clínico de Valencia y posteriormente se trasladó a París para estudiar Salud Pública. Allí se integró en Médicos sin Fronteras y en 1986 fundó la rama española, que tiene su sede en Barcelona. Vargas está dedicado totalmente a la organización, en la que colabora un centenar de médicos de toda España. Cuando no viaja -pasa la mitad de año fuera de España-, se dedica a promover proyectos y buscar el dinero necesario para ellos. "Médicos sin Fronteras es una idea guapa, maja, en la línea de los Derechos Humanos".La urgente Financiación para viajar a Irán -la rapidez es una de las cualidades de la organización- llegó de la Comunidad Europea. "Tras el terremoto, en viamos un equipo exploratorio; en 24 horas hizo un informe, lo pasamos por fax a la CE y en dos horas nos contestaron".