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Enterrado en San Sebastián el capitán asesinado por ETA

Aurora Intxausti

Los restos mortales del capitán Ignacio Urrutia, asesinado el Jueves en San Sebastián, fueron enterrados ayer en el cementerio de Polloe, en la capital donostiarra, poco después de celebrarse el funeral en la iglesia de San Sebastián Mártir. El delegado del Gobierno en el País Vasco, Juan Manuel Eguiagaray, pidió la colaboración de los ciudadanos para "meter en la cárcel a los asesinos de ancianos".Numerosos vecinos de Ignacio Urrutia asistieron ayer a su funeral, en el que se encontraban familiares de la víctima y autoridades civiles y militares.

El oficiante de la ceremonia, José Luis Moraza, recordó en la homilía la forma en que fue asesinado el capitán jubilado: "Una muerte violenta que nos debe sonrojar a todos los que vivimos en Euskadi". Aludió a unas palabras de la viuda de Ignacio Urrutia pronunciadas poco después de que éste fuese asesinado, cuando dijo: "Les perdono y espero que este sea el último atentado que cometan". Para el oficiante, los seres humanos se dividen en dos: aquellos que actúan como la madre Teresa de Calcuta o aquellos otros mezquinos mercenarios a sueldo. El obispo de San Sebastián, José María Setién, calificó de "repugnante" el asesinato de Ignacio Urrutia. En una nota titulada No es el camino, indicaba: "Desde la sensación de impotencia percibida ante la incapacidad de detener este río de sangre que parece que no va a acabar nunca, y desde la indignación que hechos de esta índole provocan, quiero decir a cuantos hombres y mujeres tengan que ver en todo ello que dejen de matar". Porque, en opinión de Setién, ése no es el camino de la pacificación, "es inhumano y estéril poner en marcha la máquina de la venganza y nadie tiene derecho a utilizar la vida como instrumento integrante de la propia estrategia política". El obispo donostiarra agrega: "Nadie asegura que quien mata cuando va de camino no seguirá matando una vez que ha llegado al término de su camino".

El cadáver de Urrutia fue transportado a hombros por militares hasta el furgón fúnebre, desde el que fue llevado al cementerio de Polloe de San Sebastián, donde recibió sepultura.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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