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50 ecologistas acaparan durante cuatro horas el turno de preguntas en la junta de Fiat

Juan Arias

La asamblea anual de los accionistas de Fiat, que cada año preside en Turín el avvocato Gianni Agnelli, en su condición de presidente del consejo de administración, pasará este año a la historia por la presencia masiva de los llamados "accionistas-ecologistas", quientes tras haber comprado un puñado de acciones han conquistado el derecho de asistir a la asamblea y de provocar con sus preguntas al rey de Fiat.Se esperaba con cierta expectación este año la anunciada invasión de verdes en el sancta santorion de Fiat. Agnelli y sus más altos colaboradores estaban, sin embargo, preparados para el ataque no con las armas en mano. Sino con una inteligente preparación a todos los niveles, sin olvidar el diplomático, para responder a las críticas, provocaciones y consejos de aquellos marcianos llegados del variopinto mundo ambientalista italiano.

De los 240 accionistas presentes, 50 eran ecologistas. Y fueron los primeros en apuntarse para intervenir. Hablaron 22 de ellos y monopolizaron la asamblea desde las 10 de la mañana hasta las dos y cinco de la tarde.

Fue un desfile colorido en el que intervinieron desde diputados de los partidos verdes, en corbata, hasta metaluúrgicas con grandes bigotes y acento dialectal en camisa de manga corta que leían sus cuartillas con visible orgullo y nerviosismo al mismo tiempo. Hombres y mujeres. Éstas siempre deportivamente elegantes y portadoras de problemas muy concretos, como el de las sustancias nocivas que respiramos dentro del automóvil.

Sólo el gran Agnelli se permitía de vez en cuando intervenir, siempre puesto de pie, impecable en su traje azul marino, o para ironizar o para calmar a los accionistas verdaderos que se veían desplazados y mudos mientras les caía encima el chaparrón de un proceso en regla al automóvil, de un examen de conciencia a la empresa por algunos de sus re trasos en el campo ambiental, de un rosario de consejos y de un río de cifras y de disquisiciones sobre ambiente y movilización.

Fiat S.p.A aprobó ayer el balance de 1989 que concluyó con un beneficio neto de un 1,211 billones de liras (99.300 millones de pesetas), de los cuales 853.000 millones de liras (69.900 millones de pesetas) han sido repartidos entre los accionistas.

La facturación consolidada del grupo Fiat en 1989 ha sido de 52 billones de liras (4,2 billones de pesetas), con un incremento del 17º respecto al año anterior. El resultado operativo ha superado los 4,8 billones de liras (393.600 millones de pesetas), es decir, más del 26% respecto a 1988. El beneficio neto del grupo Fiat fue de 3,3 billones de liras (270.600 millones de pesetas).

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