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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La otra cara de las 'supercuentas'

LA INICIATIVA del Banco Santander de ofrecer una remuneración elevada en las cuentas corrientes a partir de ciertos niveles de pasivo, puesta en práctica hace nueve meses, ha tenido un impacto en el sis tema financiero muy superior a lo previsto. Pese a la reticencia inicial con que recibió el embite el resto de competidores, la mayoría acabó respondiendo con nuevos productos similares o alternativos para hacer frente a la agresividad comercial del banco cántabro.Durante estos nueve meses, los depósitos en cuentas corrientes del conjunto de la banca privada aumentaron cerca de 1,5 billones de pesetas, lo que representa un incremento del 32%. La tercera parte de estos depósitos ha sido captada por el Banco Santander, lo cual le presenta como el virtual ganador de esta batalla comercial. Sin embargo, el terreno ganado en las cuentas corrientes y en el mayor número de clientes no ha registrado un comportamiento paralelo en el margen de intermediación.

En la mayoría de los casos, las llamadas supercuentas han reducido los márgenes de beneficio, encareciendo el coste de transformación de la banca. Por tanto, a las ventajas de la mayor transparencia y fomento de la competitividad que ha aportado habría que oponer una menor eficacia general del sistema en su conjunto. En cualquier caso, todavía es pronto para hacer una valoración definitiva y unánime. Los mayores costes que están soportando algunas entidades para ofrecer productos más atractivos hay que interpretarlos como costes de inversión, y sólo a medio plazo podrá conocerse si han sido inversiones acertadas o no.

Pero las supercuentas también han generado decepciones entre los propios usuarios. La mejora de rentabilidad se ha visto mermada por el aumento del cobro de los servicios. El mercado ha ganado en transparencia, pero el resultado final para el cliente ha sufrido recortes en determinados casos. Por otro lado, la aparición de productos ligados a sorteos ha vuelto a enrarecer el mercado al introducir un tipo de rentabilidades muy difícil de cuantificar y valorar.

Además, las innovaciones en la rentabilidad de las cuentas han provocado otro fenómeno que no se había previsto en un principio: el impacto negativo que ha tenido sobre la Bolsa, reduciendo las tesorerías de las sociedades y agencias, lo que comportó una reducción de la actividad en los mercados de valores. En otras palabras, los bancos han recuperado posiciones en el sistema financiero a costa de frenar el ritmo de de sintermedi ación, proceso que había sido saludado por la mayoría de expertos.

Por otra parte, el Santander ha vuelto a tomar la delantera cogiendo por sorpresa a la competencia al abrir un nuevo frente en el campo opuesto, en el del activo. Ahora, además de ofrecer la máxima remuneración por los depósitos (guerra del pasivo a través de las supercuentas), es el primero en rebajar el precio de los créditos preferenciales (activo). Esta segunda parte puede tener repercusiones mayores en el sistema. Algunas entidades se encontrarán cogidas entre dos fuegos. Con las arcas llenas de dinero caro van a tener serias dificultades para ofrecer créditos baratos. Son los problemas de los que van a remolque sin una estrategia propia estudiada y rigurosa. Lo deseable sería que otras entidades se sumaran a la rebaja de los intereses de los créditos, aunque ello depende en buena medida de los tipos de interés que mantengan las autoridades monetarias.

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