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El presidente de Liberia pone condiciones para dialogar con el líder rebelde

El presidente liberiano, Samuel Doe, se ha declarado dispuesto, por primera vez, a un encuentro con el líder guerrillero del Frente Patriótico Nacional, Charles Taylor, según anunció el miércoles uno de los pocos miembros del Gobierno que aún siguen en el país, el ministro de Información, Emmanuel Bowier.

Las condiciones que Samuel Doe impone para el dialogo directo con los rebeldes -Taylor debe abandonar las armas y dialogar como un ciudadano liberiano- no hacen presumir una respuesta positiva.Las fuerzas que dirige Taylor se encuentran en una situación de neta superioridad militar que les ha llevado a las puertas de la capital, Monrovia, y han intensificado sus operaciones militares con un ataque a la aldea de Careysberg, a apenas 20 kilómetros del centro de Monrovia.

El presidente Samuel Doe exige para encontrarse con el jefe de la guerrilla y ex funcionario de su Gobierno que éste se presente en Monrovia "sin armas" y como "un ciudadano de Liberia". Hasta ahora, Doe había rechazado toda posibilidad de diálogo con su rival, que hace seis meses desencadenó una marcha a través del país para derrocarle. Doe consideraba inaceptable sentarse en una mesa de negociaciones con quien, en su opinión, sólo es un delincuente común.

El cambio de postura del presidente se debe, según el ministro de Información, Emmanuel Bowier, a que, tras la amnistía general decretada por el propio jefe del Estado el pasado lunes, hasta Taylor queda libre de sus cuentas pendientes con la justicia. Nadie ignora en Monrovia que el cabecilla de la revuelta escapó en 1984 del país con una sustanciosa suma de dinero perteneciente a los fondos públicos.

Tras una semana de tregua, las fuerzas rebeldes que desde hace tres semanas esperan el desarrollo de las conversaciones de paz puestas en marcha en la vecina Sierra Leona, se han reagrupado antes de lanzarse al ataque de la capital y han reanudado sus movimientos en el área de Careysberg, una aldea situada a unos 20 kilómetros de la capital.

Consejo de ministro

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El Gobierno liberiano asegura que la caída de dicha aldea es una exageración de la Prensa local. Sin embargo, los soldados gubernamentales tiene bloqueada desde el martes la carretera que lleva a Careysberg. Se debe a "razones de seguridad, aunque combates propiamente dichos no hay", explica el ministro Bowier en una conversación con este periódico. "Pero le doy un consejo de amigo: por su bien, mejor que no se acerque a la zona", añade.Vecinos de barrios próximos a la aldea han asegurado haber oído tiroteos en las últimas dos noches.

Pero también admiten no poder afirmar si los disparos fueron producidos por rebeldes o por "soldados que por la noche salen a robar".

Estos movimientos, según los observadores, podrían ser un toque de atención de Taylor hacia Doe de cara a las conversaciones que el lunes reanudarán en Freetown, la capital de Sierra Leona, y con sede en la Embajada de EE UU, el Gobierno y la guerrilla. Taylor se ha mostrado receptivo a los llamamientos de los dirigentes religiosos liberianos -mediadores en las conversaciones- y Estados Unidos para evitar que el conflicto se resuelva con una sangriento batalla final.

El propio secretario de Estado norteamericano para Asuntos Africanos, Herman Cohen, se ha vuelto a pronunciar en este sentido en unas declaraciones a la emisora británica BBC en la que subrayó la conveniencia de un acuerdo pacífico.

Liberia constituye un punto clave para la geoestrategia norteamericana en el continente africano, pues es el único país del continente culturalmente afín a EE UU -fue creado a finales del pasado siglo por esclavos libertos norteamericanos-, y que ofrece a Washington privilegios como el de aterrizaje para sus aviones sin permiso previo.

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