Los madrileños soportan estoicamente los problemas de abastecimiento de agua
Los vecinos de Lavapiés y Antón Martín tienen que esperar hasta las cuatro de la tarde para que de sus grifos salga un pequeño chorro de agua, mientras que los de Prosperidad ya se han familiarizado, después de tres años de protestas, con la escasez de presión propia del verano. Como ellos, muchos madrileños tienen problemas para ducharse desde que comenzó la ola de calor, a pesar de que los embalses están llenos al 80%. Sin embargo, las protestas se quedan en palabras y pocos presentan alguna denuncia oficial.
La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos (FRAV) ha recibido, desde el pasado, día 8 de junio, una treintena de protestas de personas con problemas en la recepción de agua. "Algunos, como los de los distritos de Salamanca, Retiro, o del barrio de San Juan Bautista, en Ciudad Lineal, tienen problemas por las propias obras de acondicionamiento que está llevando a cabo el Canal de Isabel II. Sin embargo, en el centro o en Prosperidad llevan tres años con falta de presión en verano, y, cuando les habían dicho que ya estaban a punto de resolverse los problemas, se encuentran con que han empeorado", dijo una representante de la FRAV. Esta asociación tiene previsto reunirse mañana con Roque Gistau, director gerente del Canal, para tratar el problema del abastecimiento de agua.
Ola de calor
"La ciudad ha crecido mucho, y además este año se ha adelantado el verano con una ola de calor", afirma José Piñero, jefe del departamento de red del Canal de Isabel II, para explicar las deficiencias en la recepción de agua que sufren muchos madrileños durante estos días.En la Asociación de Consumidores y Usuarios de la Región de Madrid (Acurema) aseguran haber recibido este año 123 consultas. "No obstante, la mayor parte de la gente no quiere presentar denuncia firmada ante la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) ni asistir a la Junta Arbitral de Consumo, porque dicen que es una pérdida de tiempo y se quedan en el derecho al pataleo", aseguró un representante de Acurema. "Los vecinos también pueden denunciar el problema en las juntas de distrito, porque a veces el origen está en la estructura de los barrios o en las compañías inmobiliarias", aseguró María Rodríguez, de Acurema.
"Tienen derecho tanto a una explicación por parte del Canal, como a una posible reparación o indemnización si las denuncias prosperan, pero si ni siquiera se acercan a firmar, no hay nada que hacer".
Julia Vilallonga, vecina de la calle de Viriato, en Chamberí, lleva esperando desde septiembre que se resuelva la falta de presión en la zona. "En nuestro caso, desde luego, no es cosa del verano. Afecta desde el piso bajo, y el Canal se compromete a dar presion hasta el segundo. En las duchas de las piscinas del Canal, a 400 metros de esta casa, no hay problemas de presión, y nosotros tenemos que esperar a la una de la mañana para que se pueda encender el calentador de gas". "Pondremos un grupo de presión, como nos aconsejaron en el Canal", dijo Vilallonga, que desde hace meses ha presentado todo tipo de denuncias y reclamaciones, sin obtener resultado. "Sólo nos queda ir a la justicia".
Obligatoria
Según Piñero, la instalación de estos aparatos, que proporcionan presión a los pisos más altos, es obligatoria en las fincas de varias alturas, especialmente en los edificios de nueva construcción. "En cualquier caso, muy pocas casas antiguas tienen grupos de presión", dijo. "Cuando se construyeron muchos edificios de Madrid no era obligatorio, y es injusto que ahora sean las comunidades de vecinos las que carguen con el gasto, cuando hasta hace muy poco no hemos tenido ningún problema", afirma Vilallonga.EL Canal achaca estas deficiencias a problemas de los propios edificios, como una instalación de tuberías demasiado antigua. Sin embargo, Piñero admite que la red principal de abastecimiento necesita ser ampliada y reforzada. Esta compañía tiene previsto una inversión total de 3.300 millones para obras de modernización de la conducción de agua.
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