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Las compañías aéreas podrán reducir las tarifas hasta un 70% a partir de noviembre

Los ministros de Transportes de la CE alcanzaron ayer en Luxemburgo un acuerdo sobre tarifas aéreas, que permitirá a las compañías poder fijarlas libremente a partir del 1 de enero de 1993. Desde el próximo mes de noviembre, las compañías se verán liberadas parcialmente del corsé de los precios políticos y podrán realizar reducciones variables sobre las tarifas vigentes en vuelos regulares hasta un máximo del 70% de rebaja sobre el billete más económico actualmente. España pide un trato especial para Iberia, de forma que pueda practicar "precios iguales en servicios equivalentes" a los de los vuelos charters, que en la actualidad absorben el 80% del tráfico aereo nacional.

Al cierre de esta edición, los ministros seguían enfrascados en una discusión maratoniana sobre el segundo paquete de liberalización aérea, que representa la apertura definitiva tras la reforma parcial aprobada por la Comunidad Europea en 1987. El objetivo, además de la libertad de tarifas, es implantar el libre acceso a los mercados, hoy sometidos a repartos nacionales de capacidad de transporte aéreo de pasajeros. El sector aéreo de la Comunidad Europea necesita la liberalización para no seguir perdiendo cuotas de mercado frente a la competencia norteamericana y de otros países.Para el acuerdo sobre precios existe una mayoría en el Consejo, aunque su aprobación definitiva está vinculada a la del resto del paquete.

Doble desaprobación

A partir del 1 de enero de 1993 la libertad de tarifas funcionará a través del alambicado sistema de "la doble desaprobación". Es decir, para rechazar una tarifa más barata habrán de ponerse de acuerdo los dos Estados afectados por esa línea regular. Aunque complejo, es un mecanismo más eficaz que la doble_ aprobación, pues la tarifa más competitiva es válida mientras no se considere que supone una práctica predatoria o que altera la libre competencia. La CE establecerá cláusulas de salvaguardia para impedir abusos desleales.

Desde el próximo 1 de noviembre, las compañías aéreas podrán beneficiarse de ciertos márgenes sobre los baremos fijados actualmente en vuelos regulares. Para la tarifa normal, la fluctuación puede variar entre el 95% y el 105% del precio vigente. En las tarifas reducidas, la rebaja puede situarse en el tramo comprendido desde el 94% al 80% del precio.

El avance más importante se produce en las tarifas económicas o muy reducidas que aplican las compañías, las cuales podrán verse recortadas desde el 19% al 30% de su valor actual. Para disfrutar el beneficio máximo los pasajeros deberán cumplir ciertas condiciones, como ser menores de 25 años o mayores de 60, reservar el vuelo con anterioridad y utilizar el billete para un desplazamiento que suponga una estancia mínima de seis días en el país de destino, siempre que el viaje se produzca fuera de temporada alta. La Comunidad establecerá un procedimiento de arbitraje que resolverá las quejas entre compañías. En cuanto al resto de los te mas, las diferencias de los Doce se centraban en el reparto de capacidades. Actualmente, los servicios regulares entre dos capitales europeas están sometidos al reparto de capacidades entre las dos compañías de bandera que cubren ese vuelo. El anterior reparto mitad y mitad está ahora al 60%-40%, y el objetivo es ampliar ese margen de competencia un 7,5% cada año, hasta la desaparición total de la cuota nacional de capacidad en 1993. De esta forma, la compañía más competitiva podrá beneficiarse directamente de acaparar mayor transporte. Tampoco existe aún el acuerdo sobre la llamada quinta libertad o la posibilidad de una compañía de hacer cargas complementarias de pasajeros en las escalas de la ruta.

España plantea para Iberia un trato especial, fundamentado en la especial configuración del mercado aéreo nacional, en el que el 80% del tráfico está acaparado por compañías charter, en su gran mayoría extranjeras.

Pérdida de tráfico

Para igualar las condiciones de competencia el ministro José Barrionuevo exige que se tenga en cuenta todo el tráfico y no sólo el regular en las rutas en las que el predominio del charter es muy fuerte. Actualmente Iberia actúa en inferioridad de condiciones por su limitación a competir sólo en el 20% del mercado. Además, la compañía de bandera española ha perdido tráfico frente a todas sus competidoras comunitarias en las líneas regulares que comparte tras la apertura del abanico de competencia al 60%-40%. Antes, la facturación era dividida por mitades sin que importara ofrecer un mejor servicio.

Los vuelos charter están completamente liberalizados. Por eso, Barrionuevo plantea también que Iberia pueda practicar tarifas libres en servicios similares a los ofrecidos por los charter. Por último, España, apoyada por Italia y Portugal, exige la regla de la reciprocidad a la hora de rechazar el permiso de aterrizaje en un aeropuerto. Heathrow, en Londres, es un aeropuerto saturado por falta de espacio horario para permitir el acceso de más aviones. Los tres países plantean una descriminación positiva en favor de la Comunidad Europea, de forma que la negativa sólo pueda producirse en el caso de que ninguna compañía de un país tercero esté autorizada a utilizar el aeropuerto. Si no es así, deberá permitirse el mismo trato recíproco para los vuelos procedentes de ese país en cuestión.

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