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Reportaje:

Atrapados en el techo

La inflación y los tipos de interés no han cedido tras la entrada de la peseta en el SME

La incorporación de la peseta a la disciplina cambiaria del Sistema Monetario Europeo ha beneficiado a la economía española, en opinión del secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez. Durante este año, asegura, la economía española ha soportado menores entradas de dinero especulativo, lo que se ha traducido en una variabilidad también menor del tipo de cambio de la peseta frente a las demás divisas; los tipos de interés se han estabilizado, aunque continúan altos; la tasa de crecimiento de la economía sigue siendo superior a la europea, y la inflación, aunque no ha cedido demasiado, sí ha frenado su tendencia alcista."Ingresamos en el SME tanto por razones políticas como por razones económicas", reconoce Pedro Pérez. "Nos encontrábamos en el final de la presidencia española y, para la Cumbre de Madrid, España quería impulsar la unión ecónomica y monetaria. El ingreso en el SME se convirtió así en una acción coherente con nuestros principios y objetivos".

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La estabilidad cambiaria y el control de la inflación eran los dos objetivos que se defendieron como prioritarios para la entrada en el SME desde el punto de vista económico. "Estábamos convencidos de que podríamos defender mejor la estabilidad del tipo de cambio de la peseta y frenar las entradas de dinero especulativo dentro del SME", asegura el secretario de Estado, para quien "es evidente que desde la integración de la peseta en el mecanismo de cambios las entradas de dinero especulativo se han reducido en cantidad y frecuencia, frente a las fuertes tensiones registradas los meses anteriores al ingreso".

El control de la inflación se esgrimió como el principal motivo económico que justificaba el ingreso en el SME. "Estamos convencidos de que la incorporación al SME facilita el objetivo de reducir la inflación, y creemos que en estos doce meses ha habido resultados positivos en la contención de la inflación". Unos resultados que se resumen en el paso de una tasa de inflación interanual del 7,1% de julio del año pasado al 6,8% de mayo de ese ejercicio. La respuesta de Pedro Pérez es que "se puede discutir si el descenso ha sido pequeño o grande, pero lo que es un hecho es que se frenó la tendencia alcista de los precios durante los doce meses anteriores".

Una de las principales críticas con que estuvo acompañado el ingreso en el SME es que esa mayor disciplina cambiaria iba a reducir las posibilidades de crecimiento de la economía española. Los críticos consideraban que la entrada debía haberse producido más tarde, cuando la economía española se enfrentase a menores tensiones inflacionistas y de demanda interna. A juicio del secretario de Estado, sin embargo, "la integración no ha cercenado nuestras posibilidades de mantener un diferencial de crecimiento con los países comunitarios. La economía española ha seguido creciendo más que la media comunitaria, tal como era nuestro objetivo".

Competitividad

Pedro Pérez rechaza asimismo la crítica a una pérdida de competitividad por el elevado tipo de cambio central al que se decidió el ingreso. "La competitividad no depende de factores monetarios sino de factores reales, con lo que la entrada en el SME ha ayudado a quitar el velo monetario, a decirles a los empresarios españoles que no busquen fuera de su empresa la competitividad que no son capaces de conseguir dentro", asegura.La pérdida de autonomía de la política económica y, más especialmente, de la monetaria, es un problema asumido incluso por el ministro de Economía, Carlos Solchaga, como resultado de la incorporación al Sistema. Su número dos en el área de Economía del ministerio minimiza la importancia de esta pérdida al asegurar que se hubiera producido también fuera del Sistema. "En un mundo económico interdependiente en lo monetario y en lo real, la autonomía total de las políticas económicas y en especial de la monetaria no existe". La soberanía del Banco de Inglaterra, por ejemplo, tras la subida de tipos de interés que realizó el Bundesbank a finales de septiembre "duró 20 minutos". "La política monetaria -asegura- ha ganado credibilidad con el ingreso. Lo importante es el signo y lo perturbador la variabilidad".

De cara al futuro, el SME se enfrenta a tres grandes retos: la liberalización de movimientos de capitales en los países del norte desde el próximo 1 de julio; la unificación alemana, con las posibles tensiones inflacionistas y de tipos de interés en el país más fuerte del Sistema que puede acarrear ésta; y, por último, la próxima incorporación de la libra esterlina y el escudo portugués a la disciplina cambiaria del Sistema Monetario Europeo.

"Una oportunidad perdida"

"El ingreso de la peseta en el Sistema Monetario Europeo no ha sido decisivo para la solución de los tres grandes problemas que enfrentaba la economía española hace un año", asegura el director del servicio de estudios del Banco Bilbao Vizcaya, Luis Ángel Lerena. "La inflación ha seguido su rumbo, la estabilidad cambiaria ha pasado por momentos difíciles, ya que se ha rozado en varias ocasiones el extremo alto de la banda, y no ha habido ninguna mejora de competitividad".La entrada en el SME ha sido "una gran oportunidad perdida", en opinión de Luis Ángel Lerena, ya que "la política monetaria durante este año no ha sido la adecuada". La política monetaria "ha seguido sirviendo para todo en vez de centrarse en el equilibrio externo y la estabilidad del tipo de cambio".

El fallo, asegura este economista, es que la entrada en el Sistema no estuvo acompañada de una serie de políticas económicas que permitieran racionalizar el ingreso. "El pacto de competitividad que se ofrece ahora, junto con la reforma fiscal, debía haberse iniciado entonces; estamos a tiempo, pero ahora es más difícil". Lerena reconoce, no obstante, que estos cambios son en estos momentos, políticamente, más fáciles.

A juicio del director del servicio de estudios del BBV, la política monetaria debería haberse fijado este año el objetivo de reducir los tipos de interés, para aliviar un tipo de cambio artificialmente elevado, en relación al déficit exterior, así como ir liberalizando las restricciones monetarias internas y externas que hay en la actualidad. "La fuerte entrada de capitales que se ha producido tras la liberalización de los depósitos de más de 10 millones de pesetas que mantienen los no residentes en pesetas convertibles el pasado mes de abril, es una prueba de que ahora las autoridades económicas no pueden aumentar los grados de libertad de la política monetaria".

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