Ola de racismo
Hoy es lunes 28 de mayo. Las zonas madrileñas de Moncloa y Argüelles han amanecido sucias de pintadas cuyos mensajes no emanan otra cosa que el peor sentimiento que el ser humano puede albergar y que mancilla su condición de especie evolucionada: el racismo.Estas pintadas elogian la ley de extranjería y condenan la inmigración, considerándola la causa del aumento del paro y de la delincuencia. El colmo es ya una de ellas que, textualmente, increpa "Negros, no".
Los lemás están firmados por una tal Área Inconformista, que a mí, ya sólo por su nombre, me huele a uno de esos tantos grupúsculos bajo los que se han dado a congregarse los eternos inconformes del actual Estado español, entiéndase por tales los ultras nostálgicos del tiempo e que podían campar a sus anchas y pegar a un tipo en la Universidad tan sólo por llevar melenas,y barba; los mismos individuos que tratan de empañar el proceso democrático.
Viendo el alboroto que ahora
se ha organizado, me pregunto qué pasará en el 92, cuando cualquier europeo pueda venir a ocupar el puesto de trabajo de un español y viceversa. Aunque, claro, como los que vendrán serán "caballeros de la más pura raza blanca", "inmaculados señores nórdicos y teutones", y no "negros malolientes" ni "sucios morenitos marroquíes", seguro que nadie se queja.
La verdad es que viendo cómo está actualmente la situación en Europa y las actitudes de Le Pen y sus adictos gabachos, era de esperar que la ola de racismo y xenofobia se extendiera hacia el sur, como arrastrada por un viento pútrido. ¡Y luego dicen que en España no hay racismo!-
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