El nuevo IRPF mejora el trato a los asalariados y controlara más a empresarios y profesionales

El Libro Blanco de la reforma, que analiza hoy el Consejo de Ministros, supone un esfuerzo para descifrar y desmenuzar la compleja realidad fiscal española. Describe y analiza los proble mas más urgentes -progresividad, vivienda, ahorro, plusvalías-, toma una posición política frente a los mismos, y ofrece distintas soluciones técnicas en cada caso. Por tanto, se trata de una profunda reflexión sobre la imposición personal sobre la renta y el patrimonio con especial atención por definir los principios que la deben inspirar.El Libro Blanco está sujeto todavía a algunas modificaciones, que serán efectuadas probablemente tras su debate en el Consejo de ministros de hoy. El texto definitivo servirá para la elaboración de los correspondientes textos articulados de las nuevas leyes sobre el impuesto sobre la renta y patrimonio.

La modificación del impuesto sobre la renta y del impuesto sobre el patrimonio ha venido motivada por un triple motivo: Adecuar estos dos tributos a la sentencia del pasado 20 de febrero de 1989 del Tribunal Constitucional; armonizar esta parte de la fiscalidad a los criterios dominantes en la CE y actualizar estos impuestos tras la experiencia de doce años de vgencia.

El Tribunal Constitucional introdujo un cambio sustancial al referir la capacidad económica al individuo y no a la familia como hicieron los reformadores de 1978. La reforma consagrará, por tanto, la libertad de los contribuyentes para que puedan elegir entre la declaración conjunta y la individual. No obstante, ofrece un sistema más favorable para la declaración conjunta, en el caso de las rentas inferiores a los tres millones de pesetas, basándose en el sistema splitting.

Los empresarios y profesionales estarán sometidos a un mayor control fiscal. Para ello se modificará la estimación directa y la objetiva singular, con el objetivo de que declaren las rentas realmente generadas.

En cuanto a la vivienda, se propone el mantenimiento de la deducción en la cuota en la vivienda habitual con un límite relativo a la cuantía de la base imponible. Se mantiene también la desgravación por intereses en la vivienda habitual.

Las rentas del trabajo inferiores al millón de pesetas estarán exentas de tributación. Aumentará el porcentaje del 2% como deducción de los gastos necesarios para obtener los ingresos del trabajo dependientes.

Los incentivos en el ahorro popular se concentran en tres aspectos, mínimo exento en rentas de capital mobiliario, planes de ahorro específicos no sujetos a tributación y potenciación de los fondos de pensiones. Para los rendimientos de capital de capital se trata de establecer una normativa flexible, próxima a la comunitaria, y que permita atraer la inversión extranjera y evitar que se vaya la nacional.