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Reportaje:

La primera vez

Los adolescentes valoran el coito más que cualquier otro contacto cuando inician relaciones sexuales

Cuando llegó a casa, a última hora de la tarde, Marta fue a su habitación y permaneció allí encerrada. No se atrevía a salir. Quería ducharse y no hablar con nadie. Tal vez lo contaría mañana a sus amigas. Y él, ¿qué pensaría ahora? Ese día, "era viernes", recuerda Marta -que pronto cumplirá 16 años-, hizo el amor por vez primera. Hasta entonces, las tímidas caricias con José Manuel se desarrollaron a escondidas en los lavabos del colegio. Marta y José Manuel encarnan, según los expertos, al prototipo de los adolescentes españoles actuales que inician relaciones sexuales a una edad más temprana que su generación precedente y que continúan centradas, todavía, casi exclusivamente en el coito.

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Marta lo contó al día siguiente a sus amigas. "Bueno, fue una risa, porque yo fui la primera de todas. Ana, que viene conmigo a clase, lo había intentado una vez, pero se ve que fue un desastre porque les tocó hacérselo en el coche", dice la muchacha. Marta pasó el fin de semana jurándose que no lo revelaría a nadie. Pero el lunes, de camino al instituto, se enteraron todas. "No, no me preguntaron muchas cosas. Sobre todo sí me había gustado y si utilizamos algo para, ya sabes, no quedarnie embarazada".Cuando salió al recreo vio a José Manuel sentado en el suelo hablando con sus amigos. "Me puse fatal, porque creía que lo estaba diciendo a todo el mundo. No sabía dónde meterme", prosigue. "Porque los chicos hablan más, son más chulos que nosotras, que no lo pregonamos por ahí". El muchacho, pese al temor de Marta, tampoco dijo nada. Según le contó al salir de las clases de la mañana, -"él vino a hablar conmigo", matiza la chica-, José Manuel estuvo todo el domingo pensado en si llamarla o no. Optó, después de confesar que le daba mucha vergüenza, por un discreto silencio.

La pareja ya no fue la misma, dice Marta. "No sé qué cambió entre los dos, pero es como si algo muy fuerte nos hubiera pasado. Aunque José Manuel no dice nada, habla muy poco", prosigue Marta.

Cuando se intenta conocer cómo recuerda aquella tarde, suelta: "Va, te lo voy a contar. José me enseñó un día un condón y me preguntó si sabía lo que era. Le contesté que sí, y aquella tarde todo terminó ahí. Pero luego pasó lo que tenía que pasar. Suerte que pudimos estar en su casa y que sus padres no llegan nunca hasta la noche. ¿Sabes qué me dijo?. Pues que podíamos probarlo. Abrió la cartera y sacó el condón. Hicimos el amor. Eso fue todo. Ahora, cada vez que podemos, vamos a su casa. Sí, sobre todo, hacemos eso. Siempre me pregunta si he sentido algo".

En ningún momento de este relato ni de otros recogidos sobre la primera experiencia sexual de adolescentes aparece mencionada la palabra orgasmo. Parece que les da vergüenza.

Una mujer en casa

Suerte que Marta utilizó un condón. Los adolescentes, aseguran los expertos, inician sus relaciones sexuales con total desconocimiento. Ello se debe a la falta de información que sobre el sexo reciben en la escuela y en la familia. "A mí, cuando me vino la regla, mi padre me dio un beso y dijo que ya tenía dos mujeres en casa", recuerda Isabel, de 15 años."Mi madre se extendió mucho en detalles, la verdad. Me compró compresas y tampax para que eligiera, y me advirtió que si un día quería estar con alguien utilizara algún método, y que incluso se lo podría contar a ella. ¡Pero cómo le voy a decir a ella: 'Mira, mamá, hay un chico que me gusta, igual me voy a la cama con él, ¿qué hago?!", exclama riéndose.

La madre de Isabel, quizá sin saberlo, colocó a la pequeña en un callejón sin salida: sólo se puede practicar el coito. "Nadie les habla a los jóvenes sobre las infinitas maneras que existen para disfrutar, para sentir placer, y que la penetración sólo es una opción más de la que, si quieren, pueden prescindir", dice Eva Molina, profesora de EGB y terapeuta sexual.

La excesiva valoración del coito resulta perjudicial para las relaciones sexuales de los adolescentes. Sobre todo porque desprecian otro tipo de contactos para los que, precisamente, muestran una imaginación y una fantasía muy sanas.

Eva Molina destaca que los adolescentes siguen el modelo que públicamente manifiestan los adultos. "Ni más ni menos. Pero en la vida privada, las actitudes de las personas mayores son bien distintas", señala.

Carmen y Manuel son los padres de Sandra, de 15 años, y de Francisco, de 10 años. Admiten que su comportamiento puede ser contradictorio y similar al de muchas parejas. "Creemos en la importancia de que los chicos conozcan todo lo relacionado con el sexo. Afortunadamente, no tie nen que afrontar los mismos traumas que nosotros", dice Carmen. "Pero cuando pienso e esas cuestiones tengo la sensa ción de que a mis hijos no les afecta. Quizá sea una cobardía, pero nunca les he dicho nada so bre estos temas", reconoce "Creo que con nuestro comportamiento pueden ver que el sexo forma parte de la vida".

Chicas desinhibidas

Algo ha cambiado en las relacio nes sexuales, pese que el desco nocimiento sea casi total. Se trata del mayor protagonismo de la chicas. "Ellas son más desinhibidas, disponen de más recursos para afrontar esa primera vez", señala Vicente Batallar, médico y especialista en sexología."Ellos, en buena parte, siguen preocupados por la virginidad de las muchachas, es decir, que no han evolucionado mucho". Sobre este tema, Mario, un joven d 18 años que forma pareja con Cristina, de la misma edad apunta: "Bueno, creo que me hubiera dado igual". Pero tras per manecer un rato pensativo, añade: "Bueno, mejor que haya sido conmigo, sí, mejor para los dos". La chica se ríe y dice muy segura que eso que acaba de decir es "una tontería". Y remata: "Si no hubiera sido contigo, hubiera sido con otro".

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