Dos petroleros siniestrados provocan mareas negras en China y el golfo de México

Dos nuevas catástrofes ecológicas provocadas por siniestros de petroleros afectan a las aguas del mar en dos puntos geográficos distantes el golfo de Bohai, en China, y el golfo de México. La primera de ellas ocurrió en la madrugada del viernes al colisionar dos buques, uno de lo cuales se hundió mientras el otro provocaba una marea negra de 70 kilómetros de longitud. En la segunda ha intervenido el petrolero noruego Mega Borg, que ha derramado 70.000 litros de crudo frente a la ciudad tejana de Galveston, en Estados Unidos.

La colisión de dos buques en el golfo de Bohai, el pasado viernes, ha provocado una mancha de petróleo de unos 70 kilómetros de longitud y 18 de ancho frente a las costas de China, según ha informado la prensa de aquel país. Los buques siniestrados, el Spring Falcon y el Maya 8, de bandera liberiana y panameña respectivamente, chocaron en la madrugada del pasado viernes frente a las costas de Dalian, en la provincia de Liaoning.Según referencias de la prensa china, el Maya 8 se hundió como consecuencia de la colisión, pero sus 18 tripulantes fueron rescatados por la tripulación del otro buque afectado, que abandonó la zona sin aceptar la investigación del Departamento de Asuntos Marítimos chino.

La mancha de petróleo sigue extendiéndose y amenaza las costas de la ciudad de Dalian, según las escasas informaciones divulgadas sobre este siniestro. El otro accidente marítimo, ocurrido a 57 millas al sur de la ciudad texana de Galveston -no lejos de Houston-, en el golfo de México, ha afectado al petrolero noruego Mega Borg, que en la madrugada del sábado sufrió una explosión en su sala de máquinas a la que sucedieron otras explosiones y un incendio todavía no extinguido. Los servicios de guardacostas de EE UU continúan luchando contra las llamas para evitar que se propaguen a los tanques del buque, repletos de 120.000 toneladas de crudo. Nuevas explosiones se produjeron a lo largo de ayer.

El Mega Borg se dirigía al puerto de Galveston procedente de Angola cuando ocurrió la primera explosión, que se produjo mientras el petrolero procedía al trasvase de cierta cantidad de crudo al buque italiano Framura. De los 40 miembros de la tripulación, que se vio obligada a abandonar el buque tras producirse la primera explosión, dos murieron, otros dos desaparecieron y 17 resultaron heridos y se encuentran, junto al resto, en el puerto texano de Freeport.

A la deriva

El capitán Thomas Green, del servicio de guardacostas norteamericano, informó que no se puede aventurar todavía cuánto tiempo se tardará en controlar el fuego, mientras que se descarta poder llevar al puerto de Galveston el buque incendiado por ser demasiado pequeño para el buque noruego, de 266 metros de eslora y 15 años de antigüedad. Este funcionario reconoció que ya se han derramado al mar 68.000 litros de petróleo que se han dividido en dos manchas, una de 17 kilómetros que se dirige hacia la costa texaria y otra de seis y medio que flota en torno al buque. El petrolero en llamas sigue navegando a la deriva en pleno océano, a unas 60 millas al sur del puerto de Galveston.

Equipos especializados en la lucha contra la marea negra se encuentran en las proximidades del petrolero incendiado, al tiempo que se espera la llegada de otro equipo de emergencia procedente de Alaska.

Las autoridades norteamericanas siguen temiendo que se produzca un nuevo desastre ecológico ante el peligro del vertido de millones de litros de petróleo al mar y por la posibilidad de hundimiento del buque. El peor desastre ecológico en EE UU se produjo el 24 de marzo de 1989, cuando el petrolero Exxon Valdez derramó cuatro millones de litros de crudo en Alaska.