Cáncer y envejecimiento, procesos similares

El científico norteamericano Richard Cutler, que defiende la hipótesis de que tan sólo un 1% de los genes gobiernan el proceso de envejecimiento en el ser humano, ha puesto de manifiesto en sus últimos trabajos que el cáncer y el envejecimiento pueden tener causas y desarrollos similares al estar regulados por los mismos genes. El científico del National Institute on Aging estuvo recientemente en España para dar una conferencia en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla sobre el resultado de sus investigaciones.

En una de las Investigaciones que Cutier ha realizado en el Instituto Nacional del Envejecimiento, que pertenece al Gerontology Research Center, de Maryland (Estados Unidos) constató, mediante la comparación de humanos con distintas especies de primates, que el chimpacé envejece dos veces más rápido que los humanos y que ciertas enfermedades como el cáncer y las cataratas le aféctan igualmente en doble proporción que al hombre. "Mediante un estudio de los genes del chimpancé y del hombre hemos comprobado que un 99% de ellos son ldéntícos, por lo que los genes de la longevidad se encontrarían en ese 1%, restante".La hipótesis de Cutler gira en torno a la idea del error que se comete al creer en que el envejecimiento es el resultado de nuestro programa genético, una consecuencia lógica que llega después de la etapa de crecimiento y madurez. Para el investigador, la razón por la cual hace 400 años el ser humano tenía una vida media de 30 años y ahora la tiene de 65 a 70, radica en el cambio del hábitat en el que se desarrolla la vida y no viene determinado por la herencia genética.

Vida útil

Cutler, de 55 años, ingeniero aeronáutico, físico y biofísico por la Universidad de Houston, está actualmente realizando un estudio sobre las causas del envejecimiento. "Mientrasque la gerontología se ocupa de cómo envejecemos, mi objetivo es estudiar cuáles son los mecanismos que posibilitan el que vivamos un tiempo determinado, lo cual me permitirá conocer las coordenadas que influyen en el incremento de los años de vida útil (cuando el hombre disfruta de una existencia saludable)", explica el científico."El oxígeno que necesitamos para producir energía ocasiona un desgaste y cierto daño oxidativo en las células. La única forma que parece retrasar ese proceso de deterioro es por medio de la dieta. Por lo tanto, la ingestión de vitamina E y betacaroteno ofrecen una buena protección contra los efectos de los radicales libres", explica Cutler.

"Sería recomendable una dieta equilibrada en la que estén presenten ambos componentes, sobre todo para los niños, pero no su ingestión indiscriminada que podría ser perjudicial para la salud", asegura el científico.

La longevidad es, en opinión de Cutler, una característica que contribuye a la evolución del sistema actual. Por primera vez la humanidad tiene que hacer frente al problema del envejecimiento, ya que alargando los años de vida normal del individuo disminuiría sensiblemente el número de enfermedades que padece y por lo tanto el coste que éstas suponen para el sistema.

El centro en el que trabaja desde hace 14 años junto a otros 300 investigadores es el mayor instituto de investigación sobre la vejez que existe en el mundo. "El instituto se creó por el extraordinario incremento que ha experimentado el porcentaje de población mayor de 65 años. De un 10% del total de los habitantes de los Estados Unidos, se ha pasado, en los últimos diez años, a un 15%", explica el profesor Cutler.

Impacto negativo

La Administración, preocupada por el impacto negativo que este proceso tiene en el sistema económico, puso en marcha el instituto con el objeto de incrementar el número de años durante los que una persona goza de buenas condiciones físicas y psíquicas para seguir trabajando por más tiempo."La jubilación, que cada vez tiende a producirse a una edad más temprana, tiene consecuencias negativas para los que la sufren, ya que un gran número de enfermedades aparecen cuando la persona cree que ya no es util", añade Cutler. Según el criterio del Instituto de Envejecimiento, la edad de jubilación debería alargarse hasta los 70, aunque con una reducción de la jornada laboral.

Los estudios del científico norteamericano, autor también de un trabajo comparativo sobre la duración de la vida de los distintos primates, se centran en la biología de la longevidad humana.