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González advierte que modificará la Constitución si no se remuneran las cuatro horas para votar

Anabel Díez

El presidente del Gobierno, Felipe González, advirtió ayer a la patronal andaluza que puede modificar la Constitución para establecer legalmente el voto obligatorio y, por tanto, la obligación de las empresas a remunerar a los trabajadores las cuatro horas tradicionales que se 2tutorizan para ejercer este derecho. El jefe del Ejecutivo, en su primer mitin electoral de la campaña andaluza, se preguntó en Granada si detrás de la tesis de la patronal de no remunerar ese tiempo "no estaría la intención oculta de evitar que vayan a votar cientos de miles de trabajadores".

Felipe González proclamó indignado que "no hay derecho que una parte de la prensa y de los políticos insulte a este pueblo por votar al PSOE".El jefe del Ejecutivo, que se dirigió en un tono muy emotivo aunque coloquial a miles de granadinos que le escucharon anoche en un paseo público, arremetió contra la patronal andaluza y "Ios señoritos y los plumíferos reaccionarios que insultan al pueblo andaluz" por votar hasta ahora mayoritariamente al PSOE.

González aludió por primer a vez a la polémica sobre el derecho de los trabajadores a que se les remunere las cuatro horas que pueden utilizar para ejercer el voto. La patronal andaluza ha manifestado su intención contraría. El presidente del Gobierno expresó su indignación con estas palabras: "Me preocupa que no se considere el voto de los trabajadores como un deber tanto como un derecho, y que ahora se empiece a hablar de la remuneración de las cuatro horas".

González, antes de realizar su advertencia, dijo en tono conciliador que los empresarios "eran conscientes de que la política económica de este Gobierno había sido seria", y que él, como presidente, no era un demagogo. "Ahora bien, les digo a los empresarios que no insistan por ese camino de que no van a autorizar las cuatro horas, que no sigan, porque me veré obligado a preguntarle si no hay detrás una intención oculta para evitar que miles de trabajadores vayan a votar". A continuación, señaló que, pese a que no era partidario de modificaciones en la Carta Magna, "si fuera necesario promovería un cambio en la Constitución para dejar claro que el derecho al voto es sagrado, y es un deber inexcusable".

Esta posibilidad de establecer el voto obligatorio llevaría aparejada el deber de los empresarios de remunerar las horas empleadas en ejercer el sufragio. Esta cuestión se ha puesto en solfa una vez que el Tribunal Constitucional ha dado la razón a la patronal de Zaragoza, que recurrió la remuneración del tiempo que se empleó para votar en el referéndum sobre la OTAN en 1986. Esta decisión es considerada par el Gobierno limitada estrictamente a ese ámbito y a esa consulta en concreto, aunque la patronal andaluza ha aprovechado la ocasión para defender la no remuneración para las elecciones del 23 de junio.

Felipe González se considero relevado de hablar de proyectos de futuro para Andalucía y de la gestión realizada hasta ahora toda vez que el candidato a la Junta de Andalucía del PSOE, Manuel Chaves, en un discurso muy sobrio y sin concesiones a la galería, se había extendido sobre sus propuestas de Gobierno. González comenzó su intervención entorno a las 22.30 horas con elogios a Chaves.

Tono coloquial

"Manuel Chaves es una persona eficaz y trabajadora. Es un hombre de bien, y tiene la suerte de que se le nota en la cara lo lleva en la cara", dijo. También a modo de elogio, destacó que el candidato de su partido había estado más de tres cuartos de hora hablando "sin insultar a nadie". González escogió en esta ocasión un tono coloquial que al final se convirtió en un acto muy emotivo con declaraciones apasionadas de amo por su tierra andaluza. El público le correspondió ampliamente ya que fue interrumpido en numerosas ocasiones con frases de este tenor: "Eres el mejor", "no te vayas, no te vayas".

Comoquiera que a González le llegaban estas frases, confesó lo siguiente: "Además de agradecer el voto lo que más siento en mi alma es que hay cariño y afecto. Cuando la gente me dice no te aburras, no te vayas a ir, hay cariño, y si uno es capaz de mantenerse en pie todos los días, además de por las cosas que se consiguen es también por ese cariño".

En esta ocasión, el presidente del Gobierno no mencionó por su nombre a ninguna fuerza política, aunque se desprendía de sus palabras que estaba refiriéndose en sus ataques a la derecha, a la que aquí en Andalucía identificó "con el caciquismo y los señoritos". Especialmente indignado se mostró por los comentarios que vienen de lejos pero que se han agudizado en campana electoral de que parte del éxito del PSOE en Andalucía se debe "al voto subsidiado", es decir, a las miles de personas que reciben algún tipo de subsidio obrero o dentro del plan de empleo rural.

"Todavía no he visto a ningún político que se haya subido a una tribuna para contestar a algunos plumíferos reaccionarios que están insultando a este pueblo". Después, señaló que "no hay derecho a que haya políticos y parte de la Prensa que insulte a este pueblo por votar al PSOE".

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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