Una nueva escuela
LA ASOCIACIÓN de Maestros Rosa Sensat y su Escola d'Estiu cumplen este curso académico 25 años. En 1965, un grupo de pedagogos dirigido por Marta Mata constituía el Archivo y Asesoramiento Pedagógico, SA Rosa Sensat, con la intención de recuperar la tradición pedagógica iniciada por la Generalitat republicana, experiencia que fue interrumpida tras la guerra civil. Nació de forma clandestina porque su discurso era incompatible con la dictadura, empecinada en un concepto de escuela uniformista, intolerante tanto con el aprendizaje desde la confrontación conceptual como con la realidad plurilingüe de España.De esta asociación y de su escuela de verano nacieron, ya en la legalidad, los movimientos de renovación pedagógica. De esa experiencia surgió también la base argumental para una nueva escuela, pública y laica -y catalana, en Cataluña-, defendida en el debate constitucional sobre todo por fuerzas de izquierda y en buena parte incorporada a la Carta Magna.
La consolidación de la democracia no ha hecho, sin embargo, perder sentido a la persistente actitud crítica de Rosa Sensat. La oferta pública de aulas para niños de tres años, largamente reivindicada, no ha empezado a ser realidad hasta este curso en buena parte de España -en el ámbito de la Generalitat el retraso es mayor, pues no se empezará hasta el próximo curso escolar-. Luego se planteará, como desde hace tiempo proponen Rosa Sensat y los movirrúentos de renovación pedagógica, la necesidad de racionalizar el calendario escolar. Este año, la organización llevará a su escuela de verano el problema de la integración escolar en Europa. Esta continuada posición de avanzadilla es, al tiempo, un motivo suficiente para alentar el trabajo de organizaciones de este género y un síntoma de las inercias que las administraciones educativas remolcan en la elaboración y ejecución de sus políticas.
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