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España goleó, pero dio sensación de debilidad ante el Triestina

España jugó ayer su último partido amistoso de preparación, que jamás debió disputarse en unas condiciones tan adversas. A falta de tan sólo seis días para debutar en el Mundial de Italia, la selección se enfrentó a un equipo de Segunda División, el Triestina, con sus jugadores fuera de forma y, lógicamente, con posibilidades de efectuar entradas duras. Por si esto fuera poco, llovió durante todo el encuentro, lo que aumentaba el riesgo de un percance. Pero Luis Suárez y los dirigentes federativos creyeron más conveniente cumplir el compromiso adquirido con los organizadores de Udine 90, que sufraga sus gastos de estancia en Italia. El dinero por encima de todo.El peligroso ensayo se saldó con victoria (5-1) y sin ningún incídente importante, salvo el fuerte golpe que recibió Villarroya. Suárez, como siempre, se mostró satisfecho. Pero la realidad es que España siguió dando muestras de debilidad en todas sus líneas.

Fue un simple partido amistoso, pero los jugadores se emplearon más a fondo que en los anteriores porque eran conscientes de que las cámaras de Televisión Española estaban siguiendo sus movimientos.

Suárez alineó a 10 de los presuntos titulares: Zubizarreta, Chendo, Andrinúa, Sanchis, Jíménez, Michel, Roberto, Villarroya, Manolo y Butragueño. En la grada se quedó Martín Vázquez por culpa de una sobrecarga muscular, y su puesto fue cubierto por Rafa Paz. Este cambio retocó sustancialmente la columna vertebral del equipo español, al pasar Michel a ejercer las funciones de canalizador de su juego, mientras Rafa Paz se pegó a la banda derecha.

Martín Vázquez

La ausencia de Martín Vázquez la acusó la selección. Pero no puede ser un eximente para la pobreza de juego que ofreció.

Una vez más, España dio la sensación de tener descoordinadas todas sus líneas. Su defensa, poco arropada por los hombres del campo, abrió numerosos espacios a los jugadores del Triestina y, como consecuencia de ellos, el modesto equipo italiano consiguió batir a Zubizarreta en una ocasión (Lerda, minuto 35).

Los creativos del equipo, Michel y Rafa Paz, tuvieron la mente embotada, y otro tanto podría decirse de los encargados de culminar las jugadas, Manolo y Butragueño. Este último marcó sus clásicos golitos (minutos 33 y 87) tras romper las cinturas de sus marcadores, pero se mostró torpón ante la meta del Triestina.

En definitiva, el de ayer fue un ensayo pobre que mantiene la incertidumbre sobre las posibilidades reales de España en este Mundial. Quizá lo más positivo fue el comprobar cómo un par de jugadas de pizarra acabaron en gol.

Andrinúa marcó a la salida de un córner (minuto 23), y Michel, en lanzamiento de una falta (minuto 71). El otro tanto de la selección fue obra de Sanchis (minuto 78), en estrecha colaboración con Manolo.

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