No hay tendencias dominantes en la poesìa española
Debate entre Octavio Paz, Brines, Siles y Bousoño en la víspera del Premio Loewe
Últimos rumbos de la poesía española, una mesa redonda que reunió ayer en Madrid a Octavio Paz y a cinco poetas españoles, intentó desvelar las características del género entre los más jóvenes. Francisco Brines, Antonio Colinas, Carlos Bousoño, Luis Antonio de Villena y Jaime Siles coincidieron con el mexicano en que lo que tienen en común los actuales poetas es la diversidad de estilos y la ausencia de tendencias dominantes. Estos escritores forman el jurado que fallará hoy el III Premio de Poesía Internacional de la Fundación Loewe, dotado con 1,5 millones de pesetas, al que se han presentado más de 700 originales.
Más que "rumbos" de la poesía española, la mesa redonda que se desarrolló ayer en el Círculo de Bellas Artes trató de descubrir algunos de los fenómenos que vive la poesía actual. Con un rumbo se indica un camino a seguir, y los escritores convocados coincidieron en que la característica esencial de la poesía más reciente es una coexistencia de estilos, una ausencia de tendencias dominantes. Octavio Paz habló del fin de los movimientos poéticos radicales. "En la poesía de hoy ya no hay experimentación sino una exploración individual. Se hace una utilización crítica de los poetas de vanguardia y creo detectar una alarmante reaparición de Narciso en la juventud, nacida tras el fracaso de la poesía social, uno de los grandes cadáveres estéticos de nuestro siglo".Carlos Bousoño considera que el "yo concreto" en la poesía ha cobrado una nueva importancia y eso se descubre en una forma de realismo. "Hemos vuelto al realismo. Hablar de cosas concretas en el tiempo y lugar es ser realista. El mundo vivido sólo puede ser descrito narrando y ahora se utiliza mucho la narración para expresar los elementos líricos".
Todo es tradición
Francisco Brines retomó la idea de la recuperación de la tradición como elemento de trabajo. "La vanguardia ha terminado y todo es tradición, incluso la vanguardia", afirmó. "En la poesía de la posguerra española existía una gran variedad de expresiones y tendencias pero había unas líneas sobresalientes. Ahora ha terminado la dictadura de las tendencias, la poesía disfruta de un momento de total libertad".Antonio Colinas se mostró menos optimista. Centró su exposición en el peso de lo que denominó el "poder cultural", que ha hecho del libro un producto comercial manipulado de acuerdo con el mercado. "La poesía actual me parece más desganada y sufre las consecuencias de la desacralización que nos ha tocado vivir. A pesar de eso las condiciones como la emoción e intensidad en la poesía siguen existiendo".
Luis Antonio de Villena ve dos procesos que empiezan a mediados de los años 70. "Uno de ellos lo componen poetas que no han olvidado la necesidad de la novedad. Se vuelve a un cierto realismo pero no a la poesía panfleto, sino a una con especial cuidado de la forma. El otro proceso sería el que yo llamo el de los nuevos neoclásicos, que son aquellos que vuelven a hacer lo que hicieron los neoclásicos, al indagar en la tradición poética sin pretensión de originalidad".
Jaime Siles se preguntó qué tiene que hacer la poesía de hoy para seguir siendo poesía. Dijo no ver una particular vuelta al realismo, sino simplemente una observación minuciosa de lo cotidiano. "La poesía más joven tendría que ser construída sobre las bases de la tradición, pero encontrando una retórica propia y un sistema referencial que la aproxime a un público lector que se alimenta del lenguaje fragmentado de los spots y del comic y de la publicidad".
Octavio Paz cree intuir cierta desorientación de una poesía que no encuentra su lugar ante los nuevos medios de comunicación. "La novela se ha convertido en un producto comercial, la poesía no. Sigue siendo minoritaria y esto la protege, pero también la aisla. La poesía es un arte muy antiguo y no debemos olvidar que está ligada a lo menos perecedero de la experiencia del hombre: la voz humana".
Babelia
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