Gassman: "La muerte es de mal gusto"

Vittorio Gassman, que confiesa 67 años, resurgió hace seis meses de una fuerte depresión con una novela, Memorie del sottoscala, que ya ha tenido tres ediciones en Italia y será próximamente editada en España. Además, la salida del túnel le ha deparado también una "mayor aceptación" de sí mismo. "Ser viejo es notar la cercanía de la muerte", afirma beatífico, para rebelarse a renglón seguido: "La muerte me da miedo y la juzgo de mal gusto. Creo que es el único error del Padre Eterno. Una vida no es bastante".

La novela, construcción heterodoxa que compagina pasajes de literatura dramática con el verso y la narración convencional, es, según Gassman, una paráfrasis del título de Dostoievski Memorias del subsuelo. "Pero no es un libro autobiográfico, es una novela con algunas semejanzas con mi vida. Pero en gran parte es una invención narrativa. La historia de una neurosis. Me di cuenta de que es imposible contar la parte dolorosa de la depresión. Pero se pueden contar sus efectos, tal vez grotescos. En este sentido se emparenta con Dostolevski".En una parte de la'obra se incluye un dibujo de su hijo Alessandro, en el que se ve a Vittorio Gassman vestido de indio disparando su arco mientras dice: 'Ta palabra es como una flecha, sí-, guela y te encontrarás a ti mismo". Una fe demasiado antigua en una época-de la historia dominada por la imagen. "Sí, la palabra es como una flecha, yo creo en el poder de la palabra, pero ese dibujo del que usted habla tiene un sentido irónico que se explica con otro en el que se ve la flecha que llega a su destino, a un hombre, y le separa la cabeza del cuerpo. Eso explica que hoy la palabra casi siempre es mal nacida y no consigue sus efectos".

Vittorio Gassman ha publicado tres libros, dos de ellos, incluida la Memorie del sottoscala (cuya posible traducción sería Memorias del sótano, tienen un carácter autobiográfico y coinciden con sendas depresiones. "La idea de escribir es en mí anterior a la idea de ser un actor. Era lo que yo quería hacer cuando era joven". Pero también parece que la escritura fuera ligada en él a la búsqueda de la salud. "Todas las artes son formas de autoanálisis. Esas cosas tienen un valor terapéutico. No es casual que el tema sea una experiencia muy dura de dos años. Ha sido importante para recuperar mi equilibrio". Equilibrio que supone una manera nueva de enfrentarse a sí mismo. "Creo que ahora soy más sincero, aunque esto es general cuando se envejece. El hombre se vuelve más sincero. Mentir requiere tiempo y ya queda poco". Aunque el teatro exige mentir. "El teatro es el imperio de las mentiras que legan otro tipo de verdad. Por eso me gusta tanto la definición que del actor daba Marcel Camus: el actor es un sincero mentiroso".

Tragedias

Acarició durante años la idea de montar un espectáculo con diversas partes de tragedias griegas que tuvieran relación con el complejo de Edipo. Este proyecto fue deshechado por "causa de la enfermedad", pero en su lugar aparecen otros, y "más o tan ambiciosos". "Este nuevo proyecto se desarrolllará en el verano de 1992, coincidiendo con las celebraciones colombinas. Es una elaboración dramática hecha por mí del Moby Dick de Melville. Su escenario primero será el puerto de Génova, espero que tenga una escala española, en Sevilla, y otra en Arnérica".

Gassman, histriónico y seductor como en sus mejores tiempos, rechaza sin embargo con vehemencia su etapa como latin lover y sus películas de aquella época: Mambo (con Silvana Mangano), "horrorosa"; La corona negra (con María Félix), "peor". "Son películas que podían pertenecer al museo del cine. negativo. Estuve dos años en Hollywood y ellos insistían en el papel de latin lover, papel que nunca he sentido. Yo hice uno de los peores Romeos de la historia del teatro europeo. Es un equívoco pensar en mí o juzgarme por aquello".

El futuro, que ahora pretende 1údico sobre todos los demás valores", nos ofrecerá una película dirigida e interpretada por él que contará "en clave cinematográfica lo mismo que Memorie del sottoscaía". Lo que demuestra la gran mina artística que puede ser una enfermedad, quizá porque " el actor sano es absolutamente una contradicción. Horrendo".