El Grupo Parlamentario Socialista se manifiesta contrario a abrir nuevas centrales nucleares

, El cierre de la planta nuclear de Vandellòs 1, que fue anunciado ayer por el ministro de Industria y Energía, Claudio Aranzadi, en el Congreso de los Diputados, sirvió a todos los grupos parlamentarios para mostrar su postura sobre la cercana revisión del Plan Energético Nacional (PEN). La intervención más significativa fue la del portavoz socialista, Carlos Dávila, el cual manifestó que su grupo permanece en las mismas posiciones que cuando se estableció la moratoria nuclear en 1983, es decir, contrarias a la apertura de nuevas centrales nucleares. Dentro de su partido, sin embargo, hay posiciones contrarias. Todas las fuerzas políticas, excepto el Partido Popular, apoyaron el cierre de la central situada en la provincia de Tarragona.

El diputado socialista, que mantuvo las mismas tesis que las esgrimidas por su, compañero de partido Fraricisco Fernández Marugán recientemente, explicó que 1as razonas que se mantuvieron entonces, que nunca fueron políticas, siguen vigentes. Entonces apoyamos la moratoria nuclear porque el sector estaba en la UVI por el alto riesgo financiero -la deuda alcanzaba los seis billones de pesetas- y hoy la seguimos apoyando porque el sector sigue enfermo, con cuatro billones de deuda".Dávila, que volvía a tomar el pulso de la política energética en el Congreso después de muchos años, subrayó que la energía necesaria al final de siglo podría satisfacerse sin problemas con la adquisición a Francia, país altamente excedentario. "Hay que aprovechar los errores cometidos por Francia en política energético, dijo el portavoz socialista.

En ese sentido, dijo que el cierre de Vandellòs 1 "no implica la permuta con otra central nuclear de las que están en moratoria", y se refirió en concreto a la planta extremeña de Valdecaballeros.

El ministro de Industria, Claudio Aranzadi, ha sostenido esta misma postura desde que se su.seitó el cierre de Vandellós 1 tras el accidente del pasado mes de octubre. Aranzadi volvió a decir ayer que la clausura de la central catalana no significa nada en el futuro PEN; únicamente que las necesidades de potencia aumentan en 450 megawatios sobre los 7.500 estimados para el periodo comprendido entre 1995 y el 2003.

Aranzadi aprovechó las pregurtas de los diputados para aclarar que no era ni pro ni antinuclear. Tampoco quiso hacer ningún adelanto sobre la revisión del PEN, "del que se informará al corripleto antes de fin de fin de año". De cualquier forma, el propio Aranzadi rnanifestó hace poca.s fechas que: la decisión definitiva sobre la rnoratoria nuclear la debe determinar el Parlamento a pro, uesta del Gobierno.

Razones económicas

Aranzadi se limitó a explicar las razones del cierre de Vandellós 1, que las definió como expecíficamente económicas. Desveló el ministro que, según los estudlis realizados por las empresas especializadas Initec y Empresarios Agrupados, las inversiones necesarias para volver a poner eri marcha la nuclear son de 33.000 millones de pesetas, cantidad que ascendería inevitablemente "de acuerdo a las exigencias, del Consejo de Seguridad Nuclear y, sobre todo, en determinados tipos de requerimiento de resistencia a los seísmos".

En cumplinniento de esas exigencias del CSN, se estima que la nuelear debería estar en parada forzosa durante un periodo de cuatro años.

Esto supondría, en el caso hipotético de una reapertura, que la central funcionaría un.periodo máximo de ocho años más -hasta el 2002- a partir de la eventual puesta en funcionamiento. En estas circunstancias el coste de suministro del fluido sería mayor que la alternativa técnica correspondiente a su no entrada en actividad. La alternativa técnica contemplada es de carbón nacional hasta 1995 y de carbón importado desde ese año. De hecho, desde la parada de octubre, la deficiencias de Vandellós 1 se cubren con otras centrales convencionales.

Ante estas conclusiones, "y de acuerdo con un criterio de minimización de costes para el sistema eléctrico, el ministerio considera injustificable desde el punto de vista económico la realización de dichas inversiones extraordinarlas y la repercusión en el consumidor a través de su incorporación al valor standard de los activos".

La moratoria nuclear, que forma parte del PEN que el Parlamento debe decidir este año, reace sobre cinco centrales que estaban en construcción (Valdecaballeros 1 y 2, Lemóniz 1 y 2 y Trillo 2). Ante la cercana revisión del PEN, se ha especulado con la posibilidad de reanudar las obras de alguna de ellas para satisfacer la demanda prevista, para la que se necesitan 8.000 megawatios de potencia.

Descartada la energía nuclear como mantiene el grupo socialista, habrá que cubrirla con carbón, fuel, energías alternativas y energía importada. El problema, según los expertos, radica en que si no entra nuclear la energía importada de Francia tendrá una inciderincia cercana a los 3.000 megawatios. De cualquier forma, en la actualidad existen 7.000 megawatios nucleares sobre un total de 50.000 en España y su representación en el total de producción es del 35%.