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Normativa a revisar

El articulista propone una revisión del Plan General de Ordenación Urbana, cuatro años después de su puesta en vigor, debido a que la actividad urbanística desarrollada en Madrid ha producido unos desajustes en temas relativos al tráfico urbano, la vivienda y la insuficiencia de suelo terciario.

La revisión del vigente Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Madrid, aprobado en 1985, es un supuesto contemplado en el artículo 1.0.4. de las normas urbanísticas del citado documento. Allí se indica que el programa de actuación será revisado transcurridos cuatro años desde su entrada en vigor. Asimismo se indica que procedería la revisión del plan cuando determinadas circunstancias alteren las hipótesis de partida en cuanto a las magnitudes básicas de población, dinámica de empleo o mercado de la vivienda.También en el espíritu de la citada normativa se descubre la procedencia de la revisión del plan cuando planes o decisiones importantes de carácter supramunicipal alteren las condiciones en las que se fundamentó la redacción del vigente plan.

Al margen del posible debate entre revisión del programa de actuación y revisión del plan, en la actividad urbanística desarrollada en el municipio de Madrid durante los años de aplicación del vigente PGOU se han producido unos desajustes evidentes en temas relativos al tráfico urbano, la vivienda y la insuficiencia de suelo terciario, por citar sólo algunos de los más importantes.

Reflexión profunda

En la actualidad estamos formulando una reflexión más profunda de la que derivaría del mero ajuste del programa de actuación porque somos conscientes de que los problemas de tráfico y transporte público, la virulencia de los fenómenos especulativos, la imposibilidad de acceso a la vivienda de amplios sectores sociales, la carencia de suelo terciario disponible que favorezca la inversión y el desarrollo de nuestra ciudad en el nuevo contexto europeo son aspectos que debe afrontar una política urbanística seria para el futuro de nuestra ciudad.

Así pues, en el contexto de los trabajos de revisión del programa de actuación del PGOU tenemos planteados toda una serie de retos para adecuar el plan vigente a las nuevas exigencias del Madrid de hoy.

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En primer lugar, una adecuación de la propia filosofía del plan. El plan de 1985 se redactó con la intención de lograr el acabado de la ciudad en términos físicos, en una situación que se diagnosticó como de crisis económica de carácter estructural, no coyuntural, y rechazaba un eventual crecimiento futuro de la ciudad que, como se decía textualmente, "este plan (1985) no considera ni previsible ni conveniente".

Hoy pensamos que, además de los objetivos de recomposición morfológica de la trama, es importante que la ciudad funcione, que los madrileños puedan encontrar una vivienda asequible, que sigan disminuyendo los desequilibrios Norte-Sur y que Madrid tenga un creciente protagonismo en el contexto internacional, lo cual requiere una serie de actuaciones, importantes que afectan a nuestro PGOU.

Previsiones incumplidas

En segundo lugar, un ambicioso programa de mejora de la infraestructura de transporte. Ha resultado evidente que las propuestas de viario del plan de 1985 fueron muy escasas en cuanto a su estructura y jerarquización y desfasadas en cuanto a sus previsiones y ejecución. Además, las previsiones respecto a que el 80% de los viajes con origen o destino Madrid fueran absorbidos por el transporte público no se han cumplido, de forma que hoy el transporte público representa un porcentaje de los viajes totales menor que en 1984.

Las necesidades de conexión del aeropuerto con la ciudad, las nuevas exigencias derivadas de la ubicación de las estaciones para el tren de alta velocidad, las estrategias de mejora de la infraestructura aeroportuaria, etcétera, son aspectos que estamos afrontando actualmente.

La carencia de suelo disponible y la gravedad del fenómeno especulativo son asimismo temas claves que estamos abordando. La clasificación de suelo urbanizable programado y no programado del plan de 1985 fue muy reducida, en parte por las referencias a la crisis vigente en los momentos de su redacción y en parte por haber forzado a la ubicación de la demanda en zonas semiconsolidadas a través de actuaciones de reforma interior. El desarrollo espectacular de la demanda y las dificultades de gestión urbanística del suelo previsto han provocado un gran déficit de suelo de viviendas y de terciario y la imposibilidad de acceso a la vivienda para la mayoría de los madrileños.

El ambicioso programa de creación de viviendas en Madrid aprobado en el pleno municipal del 15 de diciembre de 1989 constituye un punto de referencia para la adecuación del plan y para solucionar los desajustes identificados.

Otro reto importante al que pretenden dar respuesta los trabajos que estamos desarrollando de adecuación del PGOU actual es la búsqueda de soluciones imaginativas y operativas de gestión que permitan una colaboración fluida entre el Ayuntamiento y la iniciativa privada. En todo caso, este proceso debe ser flexible, transparente y participativo con objeto de orientar la construcción de la ciudad al servicio de los intereses colectivos.

Finalmente, pretendemos asumir los principales valores del plan de 1985, principalmente aquellos que hacen referencia a la recuperación de la ciudad, a la mejora del espacio y de la imagen urbana y a la corrección de los desequilibrios dotacionales adaptándolos obviamente a las exigencias derivadas del ambicioso proyecto de ciudad al que hoy podemos y debemos aspirar.

José Luis Garro es teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid.

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