La cumbre árabe de Bagdad, espaldarazo a Sadam Husein
Bagdad ha recibido a los jefes de Estado árabes que van a participar en la cumbre extraordinaria que se inaugura hoy en la capital iraquí. La reunión, convocada en principio a petición palestina para afrontar la inmigración de judíos soviéticos a los territorios ocupados, se ha convertido sobre todo en un espaldarazo al presidente iraquí, Sadam Husein, junto al que ha cerrado filas la nación árabe tras sus tensiones con el Reino Unido e Israel. Con todo, el éxito del encuentro dependerá de la improbable participación de Siria, eterno rival político de Irak y uno de los baluartes del panarabismo.
Tampoco acudirán a Bagdad, por distintos motivos, el rey Hassan II de Marruecos, el presidente argelino Chadli Benyedid, el libanés Elias Haraui, el sultán Qabus de Omán y el rey Fahd de Arabia Saudí. Ayer, en un último intento por lograr la asistencia del presidente Hafez el Asad, se trasladó a Damasco el líder libio, Muammar el Gaddafi, sin que trascendiera el resultado final de su gestión.Las autoridades sirias han mantenido que no asistirían a una reunión de la Liga en Bagdad. A pesar de ello, y debido a las presiones de otros países árabes, el presidente iraquí, Sadam Husein, envió la semana pasada a Damasco a su ministro de Justicia, Akam Abdelkader, con una invitación a Asad para que participe en la conferencia. Husein Asad están enfrentados por la dirección del Partido Baaz, cuyas dos líneas políticas enfrentadas dirigen. Sus diferencias se ahondaron aún más durante la reciente guerra del Golfo, en la que Siria se alineó de forma abierta con Irán.
"Con Irak tenemos un conflicto de principios políticos, no de intereses regionales", explicaba recientemente a EL PAÍS el presidente saliente del Parlamento sirio, Abdelkader Qadura. Respecto a la participación de su país en la cumbre de Bagdad prefirió, sin embargo, mantener la ambigüedad. "Esperemos y veamos. Nada es fijo en política", añadió.
La mediación egipcia
Entre los países que han intentado allanar el camino para una reconciliación entre Damasco y Bagdad destaca Egipto. El raís Mohamed Hosni Mubarak envió el pasado jueves a Damasco a su ministro de Exteriores, Esmat Abdelmeguid, y a Usama el Baz, su principal consejero político. Abdelmeguid acaba de regresar de Bagdad, donde el Consejo Ministerial de la Liga Árabe preparó durante dos días la agenda de la cumbre.Un total de cinco puntos constituye el orden del día de la conferencia que se abrirá hoy. En primer lugar, las amenazas dirigidas contra la seguridad nacional árabe y su derecho a utilizar la tecnología y el progreso científico, en especial las amenazas contra Irak y Libia, a la vista del incremento de la presencia israelí en África". Este apartado resume el triunfo del Gobierno iraquí en aglutinar a todas las fuerzas árabes, tanto frente a las acusaciones occidentales de que está tratando de desarrollar armamento nuclear como frente al conflicto dialéctico con Israel. Incluso Siria ha dejado claro que se alinearía con su rival en caso de agresión israelí.
En segundo lugar, "la evaluación de la situación árabe en función de los cambios internacionales". Aunque los ministros no han elaborado ningún documento sobre este asunto, el hecho de su mención muestra la inquietud árabe por los fenómenos de democratización que vive Europa del Este, y el eventual desvío de atención y ayudas económicas hacia esta región, como consecuencia. La práctica totalidad de los países árabes se encuentran gobernados por dictaduras de mayor o menor dureza.
El otro gran tema de las sesiones se centra en "el desarrollo de la causa palestina, la inmigración judía a los territorios árabes ocupados, así como la Intifada". Además, los dirigentes árabes van a discutir la situación entre Irak e Irán" y "la solidaridad con Jordania", un eufemismo para referirse a la actual crisis económica que atraviesa el reino hachemí, verdadero pulmón para la población palestina encerrada en las fronteras reales de Israel.
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