Coches contra bicicletas
La primera etapa de la V Vuelta Ciclista de Madrid, organizada por CC OO, salió con media hora de retraso a causa de los atascos en las carreteras de acceso a la capital, que provocaron la demora de los ciclistas de Ciudad Real.Ya en la misma salida de Leganés los coches se resistían a ceder la calle de Valmojado para que se calentaran los ciclistas. "Que no puedes pasar, hombre, ¿o es que no lo ves?".
Los jóvenes aspirantes a Delgado, Lejarreta, Pino o Chozas se encrespaban con los automovifistas cada vez que algún turismo les rozaba las piernas mientras se calentaban. Luis Abad, director de la carrera, delegado administrativo de CC OO, se quejaba constantemente del tráfico.
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Los ciclistas llegaron abatidos al puerto de Navacerrada
Viene de la primera páginaSólo los más fuertes consiguieron llegar con soltura al puerto de Galapagar, de tercera categoría. Y poco más de la mitad de los 54 jóvenes aficionados lograron superar la cumbre del. puerto de Navacerrada, de primera categoría. Durante el trayecto de la salida neutralizada, los corredores comentaban ya entre sí que la vuelta era un rompepiernas. La tarde les daría la razón. Los deportistas llegaron diezmados a la meta. Para hoy se espera la llegada del pelotón al paseo del Prado, a la una de la tarde.
La etapa de la 'mili'
Palacios, corredor de Banesto, de 18 años y estudiante de COU, comentaba que la mayoría de los ciclistas aficionados aspiran a vivir de la bicicleta, pero muy pocos lograban superar la etapa del servicio militar. Otro de los participantes aseguraba que él, por su parte, estaba salvando muy bien esa etapa.
"A mí me destinaron a Cádiz para hacer la mili y a través de la federación he conseguido venirme aquí para poder seguir entrenando". A pesar de todo, Palacios reconocía que la forma física disminuye muchísimo durante el servicio militar, y sólo unos pocos consiguen entrenar duro y mejorar después de la mili.
En total fueron 12 los automóviles que acompañaron al pelotón: cinco de la organización, cinco de los árbitros, uno del director técnico y una ambulancia que, según los entrenadores de los equipos, quería presenciar demasiado bien la carrera.
Los entrenadores se quejaron a Luis Abad y el delegado de CC OO avisó a los conductores de la ambulancia de que debían ocupar los últimos puestos de la carrera para dejar que los entrenadores pudieran dar órdenes a sus pupilos.
El jefe de relaciones externas de CC OO en Madrid, Francisco Naranjo, hablaba ayer con recelo de la protección policial que se ha dado a la carrera. "El año pasado, en el paseo del Prado, los ciclistas corrieron verdadero peligro entre los automóviles".
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