Nómadas, sediciosos y salteadores de caminos
Cualquier visitante independiente, sea turista u hombre de negocios, necesita una autorización para sus desplazamientos fuera de Sana, la capital del Yemen unificado. Ningún problema para ir a Tais, Kaukabán o Jauja, pero la cosa se complica si el destino es, por ejemplo, Maarib. No se trata, sin embargo, de un enclave militar o estratégico. Maarib es la antigua capital del reino de Saba, y uno de los objetivos favoritos de los turistas."Para ese viaje tendrá usted que dirígirse a una agencia oficial, que se encargará de conseguir la autorización. No puede viajar sola, tiene que ir en grupo", explica el funcionario encargado de los salvoconductos. Por toda explicación sugiere que es una ruta peligrosa y que los beduinos roban a los viajeros. ¡Asaltantes de caminos a finales del siglo XX La experiencia merece el riesgo. No hay un grupo previsto para el día siguiente, pero el poder del dólar supera todos los obstáculos, y, al final, la periodista se convierte en un grupo de uno.
El vehículo todo terreno y el conductor nativo, con la yambia al cinto, dan a la excursión todo el aire de una aventura exótica. Abdalá, el chófer, frena de repente para comprar cat, la hierba que tradicionalmente se masca en Yemen. No se baja del coche y el vendedor, un joven de unos 15 años, ofrece la mercancía con un fusil colgado al hombro.
Con tono ingenuo, le pregunto a Abdalá por qué iba armado el muchacho. "En el Norte, todo el mundo lo está", manifiesta con naturalidad. "Ésta es una ruta peligrosa, puede haber incidentes", continúa. "Hace un mes, unos beduinos asaltaron a unos extranjeros y se quedaron con el coche. Son los saudíes, que no quieren que haya un solo Yemen y que les pagan para que creen problemas, pero eso se va a acabar muy pronto". Y me muestra su Luger, hasta ese momento discretamente oculta entre sus faldones. Mi preocupación aumenta cuando a la altura de Baraquech desenfunda de nuevo la pistola y la amartilla. Al final, el viaje resultó tranquilo, pero no cabe duda de que las autoridades no las tienen todas consigo.
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