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Reportaje:

El Gobierno investiga la implicacion de empresas españolas en la construcción del supercañón iraquí

Miguel González

El Gobierno español está investigando la presunta implicación de empresas nacionales en la construcción de un supercañón que permitiría a Irak alcanzar con misiles a sus vecinos, según confirmaron ayer fuentes gubernamentales. La Embajada británica en Madrid reclamó recientemente al Gobierno español información sobre exportaciones a Irak que pudieran estar relacionadas con el supercañón. Piezas destinadas presumiblemente a este arma, que se compondría como un rompecabezas, han sido retenidas en el Reino Unido, República Federal de Alemania (RFA), Italia, Grecia y Turquía.

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Un rompecabezas con piezas en toda Europa

El Gobierno español ha contestado a la embajada británica que no se ha concedido licencia a ninguna empresa nacional para exportar a Irak elementos susceptibles de ser utilizados en la construcción de un arma de esas características. Sin embargo, la Dirección General de Aduanas ha detectado la existencia de una exportación a Irak que figura bajo el nombre genérico de "estructuras metálicas". En estos momentos, se investiga el contenido de dicha partida, para comprobar si puede tener relación con la consulta formulada por Londres.Las fuentes consultadas señalaron que, si bajo el nombre de "estructuras metálicas" se escondiera en realidad material militar, se trataría de una exportación ilegal, por lo que se adoptarían inmediatamente las medidas oportunas. Otro caso distinto se daría si, siguiendo los requisitos legales, alguna empresa pidiera la correspondiente licencia para exportar a Irak material bélico: el Gobierno español estudiaría la petición, ya que no hay embargo de armamento a Irak.

La consulta del Gobierno británico al español incluía el nombre de dos empresas, una fabricante y otra contratista, cuya identidad no quisieron revelar las citadas fuentes. No obstante, en medios británicos se apuntó a la firma Trebelan, de Vitoria, como presunta fabricante de las piezas. EL PAÍS intentó ponerse ayer en contacto con algún responsable de dicha empresa, pero ello no fue posible, pese a que transmitió la petición a través de un empleado.

Trebelan, con Irak

La empresa Trebelan, dedicada a la ingeniería militar, sobre todo munición de artillería, nació hace sólo cinco años y experimentó un rapidísimo crecimiento, de forma que en 1988 tuvo ya 700 millones de facturación. En su corta vida, ha mantenido intensas relaciones con el régimen de Bagdad, a pesar de que el Gobierno español sólo levantó el embargo en la venta de armas a dicho país a principios del pasado año.El 4 de abril de 1989, un avión de transporte Antonov 124 soviético aterrizó en el aeropuerto de Foronda-Vitoria para cargar 56 toneladas de material de la empresa Trebelan. Según el gerente de la misma, Miguel Galdós, la carga iba destinada a obras públicas en un país árabe. Fuentes del sector de armamento señalan, sin embargo, que el viaje del Antonov, sirvió para llevar a Irak un cañón de 210 milímetros de calibre, con munición base-bleed.

En julio, el Gobierno estudió la petición de licencia de Trebelan para vender 500 vasos de munición a la compañía estatal iraquí Hutteen General Establishmente. La operación resultó polémica, ya que el Ministerio de Defensa aseguró que era "técnicamente posible" rellenar las carcasas con armamento químico, utilizado ya por el régimen de Sadam Hussein contra iraníes y kurdos.

El gerente de Trebelan, Miguel Galdós, aseguró entonces que las carcasas debían servir para probar un nuevo tipo de artillería, de grueso calibre y largo alcance. Si las pruebas tenían éxito, según Galdós, la firma vasca construiría una planta completa en Irak, valorada en miles de millones de pesetas. Se da la circunstancia de que, tras una crisis interna, Galdós, socio fundador de Trebelan, abandonó la firma a finales del año pasado con algunos de los ingenieros que trabajan en ella y ha montado una nueva empresa.

Según fuentes del sector español de armamento, Gerald Bull, el ingeniero asesinado el 22 de marzo en Bruselas, al que se atribuye la paternidad del supercañón iraquí, mantuvo relaciones comerciales con Trebelan y ERT (Explosivos Río Tinto) en los últimos años.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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