La oposición, dispuesta a pactar las bases de la política europea del Gobierno

, Los principales partidos de la oposición parecen dispuestos a hacerse corresponsables de la política del Gobierno con vistas a la integración europea, según manifestaron ayer sus líderes al término de un encuentro de dos horas y media de duración en el Congreso de los Diputados con el presidente Felipe González y sus ministros de Asuntos Exteriores, de Economía y de Relaciones con las Cortes. Al término de la reunión, los dirigentes de la oposición, con la única excepción de los integrantes del Grupo Mixto, se sucedieron de forma ordenada ante el micrófono para expresar su satisfacción por la oferta de González.

José María Aznar, presidente del Partido Popular, fue el más entusiasta, al manifestar su deseo de "corresponsabilidad y codecisión" a la hora de elaborar la política europea de España.Aunque en términos algo más matizados, Adolfo Suárez, por el CDS; Miquel Roca, por CiU, e Maki Anasagasti, por el PNV, se expresaron en el mismo sentido, recalcando hasta la saciedad el carácter "positivo y satisfactorio" de la reunión que, afirmó el portavoz del Grupo Catalán, permitirá dar "una respuesta colectiva" al desafío europeo. "Ha sido un impulso en la dirección correcta", confirmó el representante del nacionalismo vasco.

Consenso no real

Sin llegar a discrepar abiertamente con los demás oradores, el portavoz de Izquierda Unida, Nicolás Sartorius, precisó, no obstante, que no le gustaría que el desenlace del encuentro diese la impresión de que "se crean situaciones de consenso no reales". "Hay", añadió, "diversas versiones de cómo construir Europa". Aun así, Sartorius, que sustituyó ante la prensa a Julio Anguita, no dudó en reconocer que la reunión permitirá "la puesta en marcha de un trabajo serio y riguroso".

Visiblemente satisfecho, González tomó después la palabra ante la prensa para indicar que las tareas más urgentes que incumbirán a la comisión mixta serán el análisis de la introducción del mercado único y de la consiguiente trasposición de las directivas comunitarias en la legislación española; el de la unión económica y monetaria, que implicará la creación de un banco central europeo y de una moneda común, y de la próxima cumbre europea de junio en Dublín, en la que se acordará, probablemente, la convocatoria de una conferencia intergubernamental sobre la unión política de los Doce.

"A veces", prosiguió el presidente, para mostrar que el diálogo puede ser fluido en materia europea, "nos sentimos más próximos con alguien menos cercano a nosotros ideológicamente", y a renglón seguido puso como ejemplo su mayor afinidad con la democracia cristiana italiana que con los laboristas británicos.

Preguntado sobre si lo sucedido ayer podría suponer una mejora de sus relaciones con el PP e IU, el jefe del Gobierno dio una respuesta evasiva: "Son segundas derivadas que no me atrevo a calificar". "Si es posible que a partir de ese objetivo [la respuesta común al reto europeo] el clima entre las fuerzas políticas sea mejor, bienvenido".

A otra pregunta sobre si con su dedicación a los temas europeos no pretendía hacer olvidar las agrias polémicas suscitadas por los recientes escándalos, González contestó que la reunión de ayer había estado consagrada a "lo más útil desde un punto de vista político, pero eso no debe excluir otros debates". Los temas comunitarios, recordó, "afectan al 80% de los problemas nacionales".

La convocatoria que González organizó ayer tuvo, ante todo, un carácter metodológico y apenas se evocó la postura española de cara a esa profundización de la integración europea que supone la unión política. El jefe del Ejecutivo la empezó a definir ante sus 11 homólogos europeos en una carta enviada el 11 de mayo, en la que describía los tres pilares en los que, a su juicio, debe sustentarse la unión política europea: la ciudadanía europea, la completa realización de la unión económica y monetaria y la elaboración de una política exterior y de seguridad común.