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El Frente de Salvación rumano se atribuye la victoria en unas elecciones contestadas

Graves irregularidades en todo el país marcaron ayer la jornada electoral en Rumania, lo que, según la oposición, despoja de validez los resultados. No hubo posibilidad de calcular la incidencia de los abusos en la victoria de¡ Frente de Salvación Nacional (FSN), que se declaró ganador con el 66% de votos. La popularidad del presidente, Illescu, hacía de él el virtual ganador -obtendría sobre el 83%-, en la que se enfrentaba a dos candidatos, Radu Campeano, del Partido Nacional Liberal, e Ion Ratiu, del Partido Nacional Campesino (PNC). Los resultados oficiales se conocerán el miércoles.

El primer ministro en funciones, Petre Roman, informó ayer que el FSN había sido el ganador de las elecciones, que según las primeras estimaciones obtendría el 66% de los votos frente al 10% del Partido Nacional Liberal, el 5% del Movimiento Ecologista y el 4% del Partido Nacional Campesino. Iliescu obtendría el 83% de los sufragios frente al 11% del liberal Campeanu y el 6% de Ratiu del Partido Campesino.En todo el país se produjeron centenares de casos de presión, intimidación, amenazas y expulsiones masivas de observadores pertenecientes a los partidos de la oposición. Las elecciones debían poner fin a la interinidad del poder emanado de la revolución. de diciembre pasado contra Nicolae Ceausescu. Tras el entusiasmo que desató la caída del dictador, la integración del aparato comunista, prácticamente intacto, en el FSN; la decisión de éste de presentarse a las elecciones y su campaña electoral utilizando todo el aparato del Estado, habían creado graves dudas sobre su voluntad democrática.

Hoy Rumania es el único país del este de Europa donde tras la caída del comunismo parte de la población teme una vuelta a una dictadura. Los hijos del dictador ejecutado votaron ayer en la prisión de Bucarest donde esperan ser juzgados. El primer juicio, contra Nicu, comenzará el próximo día 26.

En las sedes centrales de los principales partidos de la oposición se planteaba, con los colegios electorales aún abiertos, la impugnación de toda la elección.

En los pueblos y ciudades pequeñas, los funcionarios locales, directores de cooperativas agrarias y presidentes de mesa advertían a los electores que debían votar al FSN. En diversas localidades, votantes del FSN recibían tres o más papeletas y en muchos pueblos los trabajadores de las cooperativas aparecían en grupo a votar y el representante del FSN les ponía personalmente el sello en sus papeletas.

No se produjeron incidentes de gravedad durante una jornada en la que los rumanos acudieron masivamente a las urnas.

Tras una violenta campaña electoral que el miércoles pasado culminó en una batalla campal entre seguidores del FSN y simpatizantes del Partido Nacional Campesino en Timisoara, la aparente calma de la jornada electoral en Bucarest se vio truncada por la llegada de centenares de informaciones sobre burdas manipulaciones de la voluntad de voto ciudadano.

En Bucarest, ante el colegio electoral 102, la pistola de un policía "se disparó", incrustándose la bala cerca del observador del PNC. A muchos observadores del PNC y del Partido Nacional Liberal les fue negado el acceso a los colegios electorales. Algunos fueron golpeados.

[El programa En portada de Televisión Española informó anoche en directo desde Bucarest sobre el desarrollo de la jornada electoral. La lujosa mansión del ejecutado dictador Nicolae Ceausescu sirvió de marco al director del programa, Manuel Leguineche, para analizar, junto a otros periodistas, entre ellos el enviado especial de EL PAÍS, el turbulento tránsito de Rumania hacia la democracia].

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