_
_
_
_
FERIA DE SAN ISIDRO

Boni: "Soy el nuevo Ruiz Miguel, pero en rubio"

Rafael Perea Boni se ha ido de la feria sin el triunfo que buscaba, aunque su ánimo era bueno al término del festejo de ayer: "No desmerecí en ninguna de las dos tardes, porque los toros fueron difíciles, que son los que me esperan a lo largo de la temporada. Muy a mi pesar, soy el nuevo Ruiz Miguel, pero en rubio".El diestro explicaba que le han encasillado en este tipo de corridas porque hay pocos compañeros que quieran torearlas: "Los empresarios no se las ofrecen a las figuras porque saben que las van a rechazar, ni a otros más modestos por si acaso no les pueden. Retirado Ruiz Miguel les quedan pocos recursos y entre ellos, Boni".

Criticaba al público de Madrid, al que veía muy cambiado con él respecto a 1989. Pese a ello estaba contento de cómo lidió a sus enemigos: "Llevaban un peligro sordo, que tal vez no se supo ver en los tendidos. Al último le torée con el capote rodilla en tierra, y después le extraje a base de exponer unas series de mérito. Y la gente sin enterarse".José Luis Bote brindó su primer toro al cirujano Carlos Val Carreres, que le operó del riñón en Zaragoza, tras las graves complicaciones que le surgieron como consecuencia de la cornada que sufrió en el pasado mes de agosto en Benidorm. "Lo hice porque casi me salvó la vida", explicaba, "y no porque el toro fuera bueno. Al contrario, mi lote ha salido con peligro, embistiendo con la cara alta y parándose".Para Bote, lo mejor del festejo fue su naturalidad en la cara del toro, y lo peor la frialdad del público con los diestros. Val Carreres, que vino expresamente desde Zaragoza a ver la reaparición del torero, expresaba tras el brindis su admiracion por Bote: "Un ejemplo como paciente y como persona", y se lamentaba del mal juego deltoro.

Oliva se lo había tomado con filosofía: "Frente a estos animales sólo te queda la opción de estar digno y matarlos". Agregaba que su primero fue el único noble pero que no transmitía: "Le dí pases buenos, que no se valoraron en su medida". Al otro lo calificaba como un marmolillo. "Estoy satisfecho", concluía, "porque he mostrado mi nueva imagen, con tranquilidad, sosiego y acertando con la espada".

La mejor clientela

Eduardo Lozano, unó de los empresarios de Las Ventas, estima que los aficionados del tendido siete son sus mejores clientes porque, pese a las protestas, nunca faltan a la cita: "Ojalá todos los comerciantes tuvieran asegurada siempre una amplia clientela fija para sus productos".

Al empresario no le preocupan los gritos que profieren esos aficionados en favor de la autenticidad del espectáculo: "Pero si yo me río mucho con algunas de sus frases, que tienen mucha gracia". Lozano, que asegura mantener buenas relaciones con los aficionados de ese sector, les califica de exigentes: "Hacen bien en protestar lo que no les gusta porque para eso pagan. Es más, si yo fuera espectador sacaría mi entrada de ese tendido.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_