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Las superpotencias reducirán su arsenal nuclear

Pilar Bonet

La Unión Soviética y Estados Unidos han superado, mediante el compromiso mutuo, los obstáculos más importantes para la firma de un acuerdo de principio sobre la reducción de armamento estratégico nuclear (START) en la cumbre que los presidentes Mijaíl Gorbachov y George Bush celebrarán a finales de mes en Washington. Así lo comunicaron ayer los jefes de las diplomacias norteamericana y soviética, James Baker y Edvard Shevardnadze, respectivamente, al cabo de cuatro días de intensas negociaciones que estuvieron a punto de irse a pique en más de un momento.

Moscú y Washington encontraron por fin una fórmula mutuamente satisfactoria para regular los misiles de crucero con base marítima (SLCM) y los misiles de crucero con base aérea (ALCM), que cerraban el camino a la concertación del tratado START. Para los SLCM se acordó una declaración política fuera del tratado START, atendiendo así a la demanda estadounidense de contemplarlos aparte. Los negociadores pactaron un límite de 880 misiles por cada parte. Para los ALCM, se acordó una fórmula complicada que satisface las necesidades de ambos lados, según explicó el secretario de Estado James Baker. La divergencia principal en este campo era que los norteamericanos estaban especialmente preocupados por la manera de contar estos misiles (capacidad máxima de transporte por avión o capacidad promedio) y los soviéticos sobre el alcance de los proyectiles.Aquí, los EE UU aceptaron el alcance de 600 kilómetros que Moscú pretendía, en vez de los 800 deseados por Washington. Durante la cumbre, Gorbachov y Bush podrán también firmar un documento que establezca las líneas principales de negociación para continuar reduciendo las armas estratégicas después de la firma del START, prevista para finales de año. Baker y sus interlocutores soviéticos llegaron a un acuerdo sobre armas químicas que también podrá ser firmado en Washington y que contempla la destrucción del 80% de los arsenales de los dos países, previamente a la firma de un acuerdo internacional sobre el tema. Los protocolos a los tratados sobre pruebas nucleares de 1974 y 1976, podrán ser firmados también en la cumbre. Las armas convencionales (CFE) fueron el campo donde menos progresos lograron los negociadores, lo que parece deberse en parte al proceso de desintegración que está sufriendo el Pacto de Varsovia. Baker dijo haber llegado a Moscú con ideas para impulsar el proceso, pero no encontró respuesta por parte de sus interlocutores.

Retrasos

Baker, que debería haber abandonado Moscú a las 3 de la tarde, se pasó la mañana en la residencia del embajador estadounidense en la URS S, aparentemente consultando o discutiendo con Washington algunos de los puntos acordados en las intensas conversaciones del día anterior, según observadores norteamericanos. El viernes, Baker había pasado cinco horas con Mijail Gorbachov, quien aparentemente dio el impulso político necesario para superar las divergencias existentes hasta entonces.

Mijail Gorbachov necesita más que nunca apuntarse algunos tantos en la cumbre que comienza el 30 de mayo en Washington. Un acuerdo de principio sobre el START es una buena baza, pero para los soviéticos cuenta más hoy el Acuerdo de Comercio soviético-norteamerícano. Este documento, qué está ya listo para ser firmado, concede a la URSS la cláusula de nación más favorecida y acaba con las restricciones impuestas a la URSS a causa de su política en el campo de los derechos humanos. Hoy, sin embargo, la situación en Lituania supone una amenaza para la firma del Acuerdo de Comercio, puesto que el Senado norteamericano vincula el documento a la actuación del Kremlin frente a Vilna. Shevardnaze admitió que la cuestión lituana era considerada como un "obstáculo" por los norteamericanos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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