Rumanos por suecos
"Ion lliescu quiere un modelo de socialdemocracia como en Suecia, lo único que necesita para lograrlo es sustituir a la población rumana por suecos", decía ayer con sorna un participante en el encuentro entre el presidente rumano y observadores internacionales llegados a Bucarest con motivo de las elecciones generales del domingo en Rumania.La mayor dificultad para la democracia rumana no son los hábitos y tentaciones de totalitarismo de comunistas reconvertidos con urgencia. reconvertidos
Tampoco son las veleidades ultraderechistas de algunos líderes de los partidos históricos que desempolvan ahora mensajes y pasiones de la época de entreguerras.
Quinientos años de despotismo turco, fases seudodemocráticas con partidos corruptos e intolerantes, monarquías dictatoriales, un estalinismo cruel como en pocas partes de Europa y 25 años bajo el régimen de Nicolae Ceausescu de los que los 10 últimos fueron el reino de un demente, han hecho de Rumanía la región europea de más grave subdesarrollo en la cultura política.
La intolerancia, la descalificación del enémigo y la agresión, ya sea verbal o física, se extienden por todo el país y toda formación política. Los odios entre etnias, los miedos, agravios y, complejos, mantienen envenenada y paralizada a toda la sociedad rumana.
El miedo y la miseria han creado unos cuantos héroes y sabios, pero mantienen a toda la sociedad invertebrada y quebrada, fáci1 presa de la demagogia, de la xenofobia y el antisemitismo, de las pasiones primitivas de un pueblo al que se le negó el acceso a los ideales de la ilustración y el humanisino.
"Estamos [los rumanos] en la situación de un enfermo al que el médico no quiere curar, sino aprovechar su final para propio beneficio", dice Gabriel liiceanu, uno de los líderes del grupo para el Diálogo Social, asociación de intelectuales que se ha convertido en uno de los inayores críticos del poder del Frente de Salvación Nacional (FSN), la orgailización que ostenta el poder en Rumania.
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