Relevo en la banca

POR PRIMERA vez desde su creación, hace 13 años, la Asociación Española de Banca (AEB) cambia de presidente. La sustitución de Rafael Termes por José Luis Leal coincide con una etapa de singular importancia para el sistema bancario español. La adaptación de los bancos y de sus directivos al nuevo marco de relaciones económicas y políticas nacido con la democracia, la intensa crisis bancaria iniciada en 1977 y el proceso de adecuación en la perspectiva del mercado único comunitario son algunos de los factores que han marcado la vida de esta asociación hasta el presente.En cierta medida, el protagonismo de la AEB y su capacidad de interlocución con los responsables de la política económica del país ha ido descendiendo a medida que los intereses comunes en el seno de la gran banca resultaban menos evidentes y que los principales grupos articulaban estrategias diferenciadas ante la inevitable ampliación de la competencia. El proceso desencadenado con la fallida OPA del Banco de Bilbao sobre Banesto bien puede considerarse la frontera temporal a partir de la cual la AEB es superada por una dinámica escasamente propicia a la armonización de planteamientos entre los bancos privados. La más reciente guerra por los depósitos es suficientemente elocuente del nuevo clima y del reducido margen para un consenso como el que presidió los primeros años de vida de la patronal bancaria.

Las propias vías de interlocución con las autoridades económicas y monetarias han dejado de ser una ventaja comparativa de esta asociación, que contempla el acceso fluido y directo de los presidentes de los bancos más importantes a las instancias políticas. Sin embargo, los problemas con que ha de enfrentarse el sistema financiero español exigían una renovación en la cúpula de su organización como la que, en alguna medida, se ha iniciado ya en la de los grandes bancos. La personalidad del nuevo presidente, el economista y ex ministro José Luis Leal, que une a su solvencia profesional y experiencia en el medio bancario un profundo conocimiento de las claves de la economía internacional y un talante dialogante, son una garantía para abordar esa necesaria actualización con vistas a la liberalización del mercado financiero.